Parador de Salamanca Restaurante Bracamonte en Salamanca

Muy acogedor,unas habitaciones grandes,no le falta un detalle.

Ubicación genial, habitación espaciosa y con unas vistas de la catedral excepcionales, atención en recepcion maravillosa y la cafetería muy buena y con una carta muy buena, recomiendo la hamburguesa.

Un sitio elegante y delicado, el servicio de calidad, habitaciones amplias, insonorizadas y cuidadas al detalle. Desayuno buffet, exquisito. Una estancia excelente.

Experiencia interesante de calidad y comodidad

Esta es nuestra segunda estancia en los Paradores (la primera fue en Cuenca) y estamos enamorados de estos preciosos edificios convertidos en hoteles. El personal de cinco estrellas del Parador de Salamanca es la perfección personificada: amable y dispuesto a ayudarte a disfrutar de la mejor estancia posible. Nos ayudaron a cambiar de habitación con vistas al jardín a la ciudad para disfrutar de las mejores vistas. Lo agradecimos muchísimo. La amabilidad del personal me anima a recomendarlo y a volver en el futuro. Las vistas son extraordinarias. Al atardecer, se encienden las luces de la catedral y del puente romano, creando un ambiente romántico e inolvidable. El desayuno es muy completo y tiene opciones para todos los gustos: muchas proteínas, una gran variedad de frutas y bollería, y mi favorito: chocolate caliente con churros. Se puede disfrutar de las vistas de la catedral mientras se desayuna. Después, se puede salir directamente a los jardines traseros y bajar caminando hasta el puente romano. Un lugar perfecto para alojarse. Además, históricamente, el Generalísimo Franco se alojó aquí durante un tiempo con su régimen durante la Guerra Civil Española, y ese toque de historia lo hace aún más fascinante.

En un lugar privilegiado y aunque la fachada exterior es muy al estilo o recuerda al movimiento arquitectónico del "Brutalismo" de los años 60 y 70, (que a mi personalmente me recuerda un poco a un tanatorio) por dentro... Nada tiene que ver con el exterior. Es todo bastante elegante y sutil, con colores grises y blancos y grandes ventanales, tanto en cafetería como en el comedor, y también en los dormitorios, los que dan al menos a la Catedral y desde las que se visualiza prácticamente toda Salamanca. La entrada al parador desde el exterior, con una gran y larga marquesina y una estancia de la recepción muy generosa cuyo personal es muy atento, empático y resolutivo. Las habitaciones de bonita estética y generosas, son y están siempre muy limpias y con unos baños bastante grandes y sutiles. El personal hostelero muy profesional y atentos en todo momento.

Hotel de ciudad. No tiene nada comparable a un Parador

Cerca de la ciudad, muy buena comida. El personal muy competente.

Situado a unos 20 minutos andando a la Plaza Mayor. Vistas espectaculares de las catedrales . Estupendas habitaciones, muy buena relación calidad precio y un personal excepcional. Muchísimas gracias.

Hola el hotel está muy bien cuidado con jardines parking gratuitos, sobre todo lo que más me satisface es el equipo personal sin exesion en cafetería,restaurante, y bufé de desayunos las chic@s con agrado simpatía son una@s profesionales y eso es de agradecer es especial para mi Alejandra una chica muy capaz y desenvuelta doy las ga todo el equipo humano del hotel lo recomiendo si quieres estar tranquilo y en buenas manos, gracias