Parador de Limpias. Restaurante Palacio de Eguilior en Limpias

Parador de Limpias ofrece a sus huéspedes amplias habitaciones y zonas comunes junto a la naturaleza. Las habitaciones cuentan con grandes ventanales que dan al jardín. Los muebles también son muy cómodos. En cuanto al baño, también grande y bien equipado. Hay un generoso desayuno bufé que también incluye un producto cocinado. La ubicación es ideal para aquellos que desean estar cerca de la naturaleza, incluso cerca de varias de las cuevas prehistóricas con arte rupestre. Altamente recomendado

Un lugar entrañable, al estilo de Paradores. Ha sido una buena experiencia y es un Parador a visitar para entender el espíritu de Paradores. Te puedes quedar por allí, y si decides hacer excursiones, tienes todo Cantabria a una hora o poco más. Como siempre, la atención personal y la calidad, de 10

Fantástico parador en un lugar paradisíaco en una finca rodeado de muchos árboles y vegetación. Ideal para combatir el estrés. En el restaurante se como muy bien y precios razonables

No hay té, café ni siquiera una botella de agua en la habitación. Café sólo disponible después de las 8 a.m. Minibar caro. El check in fue un problema. Dijo que la habitación estaba lista en 1 hora. Dijimos ok, tomaremos una copa en el bar. 1 hora después, contado 15 minutos, 15 minutos después 5 minutos. Otras personas se registraban y se dirigían directamente a las habitaciones. Entonces pregunté si podíamos tener una habitación lista. Por supuesto, nos dieron un aparcamiento. No volveré. Limpias gran pueblo amigable. maravilloso paisaje

Trabajo allí actualmente. Últimos días ya que cerramos por reforma en noviembre

El parador es muy bonito y las habitaciones perfectas El servicio de cena muy mal, la comida buena y bien presentada, pero muy lentos para servir los platos Estuvimos una hora y media para cenar, más de media hora esperando los segundos El buffet de desayuno correcto, pero no tenían leche sin lactosa, es el primer parador donde nos pasa esto, creo que no está a la altura del servicio que se puede esperar de un parador nacional

Hemos vuelto pasados casi 20 años y todo tan estupendo como siempre. Muy amables y eficaces sobre todo, la camarera de bar del fin de semana Alexia. Gracias por todo.

El servicio de hostelería es de los peores que he visto en mi vida. Te sientan en una mesa y te tienen sin agua y sin pan más de 20 minutos, como si estuvieras en la cárcel. Levantas la mano para pedir y hacen que no te ven. Cuando te levantas y les abordas, te dicen que ellos no toman nota, que eso lo hace su compañero que ya viene. Todas las mesas igual. Bajas a desayunar y te tienen más de 10 minutos esperando y te tienes que colar directamente. Tienen suerte que no hay restaurantes cercanos y somos clientes cautivos por la ubicación. Salvo este pequeño detalle, todo lo demás bien. Edificio bonito, bien ubicado, zona bonita y buenas habitaciones

Celebramos el día de Extremadura algunos paisanos q vivimos en Cantabria. Sitio precioso.Buen ambiente y comida.Recomendado

Que el Palacio de Eguilior del Parador de Limpias es una maravilla, es una obviedad para todos. Pero en un Parador se busca la excelencia y Limpias, lo consigue. Llegamos sobre las 12:30, y de las dos habitaciones que teníamos reservadas, una ya estaba lista. Dejamos ahí nuestras pertenencias y nos permitieron dejar también a nuestra mascota, a pesar de que no era la habitación que le correspondía. Es un pequeño yorkshire, que decidimos no sacar de su transportin, pero este hecho fue decisión propia; ya que no es algo típico de estos establecimientos, donde más de la mitad de la cadena no son petfriendly, y habitualmente ubican a las mascotas y a sus dueños en las peores habitaciones. En Limpias, desde luego, no es el caso. Ambas habitaciones eran muy amplias y luminosas. Y la limpieza: absolutamente magnífica. Suelos de madera en perfecto estado y alfombras gruesas e impolutas tanto en las zonas comunes como en los pasillos. El servicio de recepción atento y agradable, incluso nos prestaron un paraguas para llegar hasta el coche. Este Parador tiene tres zonas para aparcar, un pequeño garaje subterráneo de pago, la zona exterior junto al edificio también de pago, y un parking exterior gratuito, unos metros más abajo, al cual se llega en un momento por un atajo bien cuidado. El servicio de restauración es también su punto fuerte; como en todos los Paradores, la carta no es muy amplia, pero tiene la variedad suficiente para que en cualquier ocasión, uno salga con la sensación de haber comido y haber sido tratado como un rey. Debo dar gracias a todo este equipo personal que tienen porque realmente consiguieron que la estancia fuera una maravilla. El buffet del desayuno, a pesar de que sigue la tónica de todos los Paradores, por ser cada vez más mínimo, poco variado y aburrido, es de los mejores que he visitado, sí es cierto que el zumo de naranja no es natural, pero los platos calientes salen de la cocina hechos expresamente para cada huésped, y no simplemente emplatados, como en otros establecimientos de la cadena. La única pega es que hacía calor, y no conseguimos que funcionara correctamente el climatizador de la habitación, pero con abrir la ventana, estuvo todo solucionado. La ubicación del Parador es preciosa, en un pequeño bosque muy bien cuidado, cualquiera es feliz viendo la caída de las hojas en este extraño otoño. Además el centro de Limpias está a un pequeño paseo, y en coche uno se desplaza con comodidad a Colindres, Santoña o Laredo. Es un Parador para regresar. Y lo intentaremos.