Parador de La Seu d'Urgell en La Seu d'Urgell

Lugar renovado y modernizado sin perder su encanto. Con un claustro donde tomar algo increible. Su personal, sobretodo en el bar, amable, atento y muy educado. Como mejora las camas son tremendamente incómodas. Hicimos uso de la piscina y su desayuno buffet muy recomendable. Buen producto. Recomiendo probar el plato típico de la zona: trinxat.

Muy bien ubicado, a 100 metros de turismo y la catedral

Habitaciones muy insonorizadas, limpias y cómodas. Sitio muy bonito y con una piscina climatizada magnífica. No se puede pedir más.

En primer lugar felicito a los camareros por su atención y trato y sobretodo por hablarnos siempre en catalán. Gràcias! En segundo lugar, está catalogado como restaurante con productos km 0. Pedimos, teniendo en cuenta que los quesos de la Seu son un producto local muy destacado, una tabla de quesos solo había 4 tipos y nada significativos, teniendo en cuenta la gran cantidad de variedades que se ofrecen en las queserías de la Seu. La carta simple. No es una cocina exigente, Muy caro teniendo en cuenta la relación calidad/precio.

¡Los Paradores son insuperables! La mejor relación calidad-precio. Debería haber interés internacional en reservar una visita a Europa solo con una selección de hoteles Paradores. Siempre con valor histórico o cultural, excelentes instalaciones, comida y servicios predecibles y de calidad. Esta vez en La Seu. Es increíble que no haya más gente joven y extranjera de visita. Nos alojamos en muchos hoteles durante nuestro viaje de 7500 km por Europa y encontramos algunos excelentes, pero los Paradores menos conocidos que visitamos nos parecieron puntos de referencia. Quizás un poco menos emocionantes, pero opciones sólidas y obvias en la ubicación ideal. El personal es estupendo, especialmente en el bar y el comedor.

Ubicación inmejorable, que permite realizar todas las visitas con comodidad. Cuentan con parking de pago enfrente del Parador con algunas plazas cubiertas. La habitación era amplia, limpia, silenciosa y con una cama grande y cómoda. El baño tal vez, necesitaría una actualización. El personal es muy amable y en todo momento dispuesto a ayudarte en lo que necesites. Sirven un desayuno buffet variado, con buenos productos, y con la posibilidad de pedir platos calientes al momento sin coste adicional. Muy bueno el café. El edificio es muy bonito y el hall de entrada, integrado en el antiguo claustro, invita a estar y relajarte. Lo recomiendo sin dudar.

El personal es muy amable y atiende en cualquier idioma que te dirijas a ellos (español, francés, catalán o inglés) pero les falta coordinación y cuesta mucho hacer cualquier gestión por teléfono con ellos porque hay que llamar varias veces hasta que consigues que te cojan el teléfono. Tienen menos variedad que otros paradores en la carta infantil y algunos productos cuando se agotan no se reponen (menú/carta adultos y desayuno). Por lo demás, la ubicación es inmejorable y la habitación limpia y apropiada. Cuenta con piscina climatizada para la que hay que llevar gorro (si no llevas, venden gorros a 4€) y se puede pedir toalla de piscina sin coste en recepción. También hay una zona de hamacas exterior contigua (el solarium) muy agradable. Cuenta con sauna y gimnasio pero no los probamos. El aparcamiento del hotel es de pago (10€/día el exterior y 17€/día el subterráneo) pero muy cerca hay una zona de aparcamiento pública donde siempre encontramos sitio (martes y sábado es más difícil aparcar en la calle porque son días de mercado).

Este parador nos ha gustado mucho! Está muy bien ubicado.Al lado de la catedral,en el centro histórico. En una zona tranquila,que eso,gusta. Muy cómodo, accesible y acogedor. Las habitaciones son estupendas. Se come genial y muy bien atendidos por Viridiana. La cena en cafetería un poco rara. Vale,nos apañamos. No hay carta,solo dos cosas para elegir.🤔 Tiene piscina climatizada y un solarium estupendo! En general,está muy bien y tiene detalles que agradan.

¡Un hotel muy bonito! Ubicación perfecta para visitar el casco antiguo. Personal muy amable y servicial, con excelentes recomendaciones para cenar. ¡El desayuno era muy variado!

el restaurante tiene una buena atención, carta muy escueta, mesas sin manteles, con lo que el segundo plato y el postre te lo comes con la mesa llena de migas del pan, parece mentira que en Paradores y en Cataluña en concreto NO se pongan manteles, seguro que es por evitar costes, pero el precio de los platos siguen subiendo, Paradores ha perdido mucha identidad desde hace unos años, pero es que en la Seu de Urgel tampoco hay tantos restaurantes donde se coma buen producto, es una pena , una gran decepción.