Parador de Jaén en Jaén

Un hotel en un castillo situado en una colina... la recepcionista fue muy amable y se desvivió para encontrar una fábrica de aceite de oliva para visitar... Las habitaciones son muy grandes y cómodas pero la decoración es un poco anticuada... aunque el desayuno es excelente... puedes abstenerte de comer en el restaurante que no está para nada a la altura del lugar.

Magnífico parador, situado en lo alto de un monte, con excelentes vistas a Jaén y la comarca

Sobresaliente. No se si un diez, pero de no serlo… se queda cerca. Me quedé una noche en el parador por trabajo, y aproveché para cenar también en su restaurante. El enclave es maravilloso, la localización es increíble, quizá un poco tedioso el acceso, pero está en un paraje increíble. Rodeado por montañas y con Jaén capital a sus pies (ved el vídeo…). El servicio desde el primer momento es maravilloso. Cálido, amable, e incluso diría que divertido. La atención en recepción fue impecable, muy atentos y facilitando mucho la llegada. La habitación me pareció maravillosa. Amplia, bonita, con una terraza increíble. Me dio incluso rabia quedarme solo una noche. La cena en su restaurante también muy buena. Amabilidad, rapidez en el servicio, atención. La comida en general muy buena. La tapa de bienvenida mejorable, pero el resto todo muy bueno. Pan con aceite exquisito. Su ajoblanco quita el sentido, es maravilloso. Canelones y chuleta de tarnera también muy deliciosos. Es una experiencia para vivirla, ya que la relación calidad-precio es muy muy buena.

Precioso entorno con sus maravillosas vistas

El Parador de Jaén, ubicado en el majestuoso Castillo de Santa Catalina, es mucho más que un simple hotel; es un viaje a través de la historia. Este emblemático edificio, con sus raíces que se remontan al periodo islámico, ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad de Jaén y sus alrededores, convirtiéndolo en un mirador privilegiado de la región. Historia y arquitectura: El castillo, que alberga el Parador, ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos. Su arquitectura, con elementos de diferentes épocas, refleja la rica herencia cultural de la zona. Desde sus robustas murallas hasta sus elegantes salones, cada rincón del Parador cuenta una historia. Una experiencia única: Hospedarse en el Parador de Jaén es sumergirse en un ambiente de tranquilidad y elegancia. Sus habitaciones, decoradas con un estilo clásico y confortable, ofrecen todas las comodidades modernas sin perder el encanto histórico del lugar. El restaurante del Parador es otro de sus grandes atractivos, donde se pueden degustar platos tradicionales de la cocina jiennense, elaborados con productos locales de alta calidad. Un enclave estratégico: La ubicación del Parador lo convierte en un punto de partida ideal para explorar la ciudad de Jaén y sus alrededores. Los visitantes pueden disfrutar de paseos por el casco antiguo, visitar la Catedral de Jaén, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, o recorrer los olivares que caracterizan el paisaje de la provincia. Más que un hotel: El Parador de Jaén es un lugar donde la historia, la cultura y la gastronomía se fusionan para ofrecer una experiencia inolvidable. Ya sea para una escapada romántica, unas vacaciones familiares o un viaje de negocios, este emblemático edificio garantiza una estancia única y enriquecedora.

No estuve en el hotel como huésped, visité el parador y el Castillo. Está muy bien conservado y las vistas de Jaén son únicas

Desayuno flojo para lo que es, el cocinero se lo tiene que hacer mirar, churros incomestibles y el revuelto seco. Una pena

Hemos celebrado mi cumpleaños en este hotel. La ubicación muy buena, las vistas maravillosas, pero nos a hecho muy mal tiempo. La habitación bien, lo peor la comida no fue mucho de nuestro agrado, un día mala y al día siguiente que estába el jefe la comida no tenía nada que ver, todo muchísimo mejor.Gracias al camarero Nicolás por su amabilidad y profesionalidad.No tuvieron ni un detalle por mi cumpleaños.

Magnifico sitio con unas vistas espectaculares, y una comida muy buena, la atención es excelente, el parador ha sido reformado recientemente y tiene un doble encanto al estar junto al castillo de Santa Catalina

La carta es variada e imaginativa, pero el servicio es de una lentitud exaspérante. Por otra parte pedimos un plato para llevar y nos hicieron esperar un cuarto de hora con la comida todavía en la mesa. La calidad de la comida es aceptable, pero los aperitivos no estaban a la altura del local