Parador de Gijon en Gijón

Nos alojamos 2 noches en este parador mediante un smartbox con media pensión. La media pensión la pudimos adaptar a nuestros horarios, y tanto el desayuno, la comida y la cena fueron de 10!! El personal muy atento y siempre pendiente para facilitar la estancia. Las habitaciones limpias y tranquilas.

Sitio precioso, servicio excepcional y muy buen ambiente

Aunque las habitaciones tienen ya unos años, es una habitación espaciosa, limpia y luminosa. Pero sin lugar a dudas, lo mejor de este parador es su plantilla. Desde el personal de recepción hasta el personal de comedor.... de 10! Super serviciales y cercanos. Muchas gracias por hacernos tan agradable la estancia. Sin duda más que recomendable

Vaya. No mejora mucho y lo he repetido varias veces. No está mal, las habitaciones correctas, el restaurante bien, el personal excelente..... pero por casualidad la noche anterior estaba completo, y acabamos en un hotel nuevo de una gran cadena , no muy lejos del parador, misma categoría de 4 estrellas, desayuno excelente y precio 50% inferior!!!!!! Y el precio del desayuno, la mitad. Claro que lo del precio de los desayunos en los paradores es de juzgado de guardia.

Amabilidad y tranquilidad garantizado. Una ubicación perfecta ..parques, paseo marítimo, centro ,tiendas ...etc al q se pueden acceder dando un paseo. Las habitaciones, con unas vistas en mi caso ,muy agradable al parque. Ocurre como en la mayoría de los paradores q su reforma está hecha hace años...suelos ruidosos y aun mantienen en los baños como única opción de ducha una bañera, q resulta incomodo y hasta peligroso( agarradera no factible al uso (

Un lugar acogedor, buen desayuno. A media hora anda dando, por un paseo marítimo muy agradable, del centro histórico. Lo que menos me gustó, la llave tradicional en la habitación, con un llavero bien voluminoso

Un sitio tranquilo al lado de un parque muy bonito y cerca del centro.Nos encantó

No lo conocíamos aún, y hay que decir que nos ha satisfecho; le daríamos un notable alto y, en relación calidad precio, restauración y comodidad, algo por encima de la media. Quizá habría que ir pensando en renovar, o al menos mejorar, las habitaciones. Nada que produzca incomodidad, aunque el suelo empieza a sonar al andar. Más que nada renovar antes de que sí sea ya algo que empeore la experiencia. El parador da al magnífico parque de Isabel la Católica. Las habitaciones superiores son cómodas y tienen un enorme mirador acristalado que da al parque, así que uno se encuentra en plena ciudad, pero la sensación es la de estar aislado, en plena naturaleza. Muy buena restauración, destacando los cucuruchos de chipirones fritos de la cafetería, aunque en el restaurante se pueden degustar estupendos platos, como el pastel de cabracho (si no se es de muy buen comer, mejor pedir media ración), la lubina a la sidra, la crema de nécoras y la fabulosa y cremosa tarta de queso. La cafetería es muy agradable y, si hace buen tiempo, es una delicia la terraza exterior, que da a lo que antes debía ser el arroyo que movía el molino (lo que es el molino ahora no está ya). Bonitos salones y buen estacionamiento, al aire libre, pero dentro del recinto del parador. Pilar, la directora, apoyando el servicio de desayunos y comidas como una más, muy simpática. Volveremos, sin duda.

Mi opinión es sobre el restaurante. Aprobado raspado. Caro pero nada del otro mundo.

Una comida excelente, buen servio, buen ambiente. Entorno inmejorable.