Parador de Gijon en Gijón

Muy acogedor por su entorno, sus cuidadas instalaciones, la amabilidad de su personal, con un magnífico restaurante donde degustar un magnífico menú aconsejados por su metre muy profesional. Sin lugar a duda muy recomendable, cualquier excusa es buena para ir y volveremos. Uno de los mejores paradores en los que hemos estado.

Maravilloso Parador en excelente ubicación para parque, playa y compras/comer/beber. Me encantó Gijón.

Gran hotel de aspecto antiguo pero con todas las comodidades modernas. Super servicio en el bar por parte del camarero eficiente y amable.

Excelente parador con un entorno magnífico. Muy sorprendido, excelente opción en la ciudad. Super recomendado.

Lugar histórico, tranquilo, buen servicio y en un lugar muy cómodo, sin estar en el centro estricto está a pié de todos los locales interesantes de la ciudad

Parador 'El Molino Viejo'**** (1967), en Avenida de Torcuato Fernández-Miranda Hevia, 15, al SE. del Parque Isabel la Católica (1941), junto al estadio El Molinón, en Xixón (Asturies). 42 habitaciones (79 huéspedes) y el restaurante 'Llar del Molín', bar con terraza. Ocupa un molino centenario donde luego se creó el Parque Isabel la Católica y pertenece a la empresa pública española 'Paradores Nacionales' (1928) -con 100 hoteles en España y 1 en Portugal-. El Ayuntamientu de Xixón había adquirido el denominado "Viejo Molino" cuando el abogado José García-Bernardo y de la Sala ocupó el cargo de alcalde de Xixón (1948-1958). Formaba parte de la granja 'El Molinón' propiedad de Julius Rimmel -nieto del perfumista Eugène Rimmel- y luego del ingeniero e industrial don Romualdo Alvargonzález Lanquine (1880-1936) -diputado provincial (1924) y en Cortes (1933-36), de Acción Popular (CEDA)-, que ahí fundó la industria conservera 'La Hormiga', de la que formaba parte el Molinón -gran molino hidráulico harinero accionado por el regueru El Molín, afluente del ríu Piles-. En 1966, el consistorio xixonés enajenó en 250.000 pesetas el inmueble al Estado para su conversión en Parador Nacional de Turismo".

De las peores fabadas que he comido. Veníamos del Parador de Cangas también fatal. Increíble estando en Asturias. La pedí en la comida. Los paradores han bajado mucho en calidad y variedad gastronómica. Dónde han quedado los famosos entremeses. La ubicación buena. Desde la habitación se oían perfectamente las conversaciones de la recepción con los clientes.

Me resultó un parador totalmente impersonal. Las personas que no se atendieron en recepción y en cafetería muy bien. Pero fue el único parador de España que no me ha transmitido ninguna emoción.

3 días a buen precio en este parador, bien situado. Justo enfrente de un zoológico con muchas aves, a 5 minutos andando de la playa, del estadio y del centro de la ciudad. Las habitaciones son preciosas y el personal es muy cortés y amable.

Los platos con buena presentación y, en general ricos, quizás el bacalao no estaba en su punto. La carta es corta y pocas opciones sin gluten