Parador de Corias en Cangas del Narcea

Lo primero que hay que destacar es la gran profesionalidad de todos sus trabajadores. Son muy amables, en cuanto pides algo se desviven para que lo tengas. Están siempre atentos y dispuestos a hacer tu estancia inolvidable. Las habitaciones son fantásticas. Muy grandes. No sé oye ni un ruido. El baño impresionante y la limpieza es perfecta. Cuatro amigas pasamos allí dos noches, siendo una de ellas la de fin de año. La cena riquísima y el cotillón muy animado. La iglesia es una joya casi desconocida. La biblioteca y sus cuadros son otro punto de interés. Tienen aparcamiento subterráneo gratuito.

Escondido en el valle, un entorno precioso; SPA (atención genial, manos de Natalia ideales); recepción un 10, antes y durante toda la estancia. No es un lugar de fácil acceso pero merece mucho la pena tomarse un tiempo para vivir aquí unos días. Felicidades al equipo y la Dirección Especial mención a Sara, Lara y José en atención en salón, restaurante y bar; y un cariño especial a Ana en recepción.

Me encantó , tanto el sitio que es impresionante por su ubicación como por sus habitaciones , la cena y el desayuno de lujo , tenía de todo hasta champán , el personal muy amable y el spa muy bueno todo funciona muy bien Por decir algo negativo el exceso de ruido en el spa creo que por las máquinas

El ir a un Parador Nacional ya garantiza una estancia excepcional. Fuimos en pareja a pasar el fin de semana, estuvimos en la júnior suite que era preciosa y muy espaciosa, las cama muy comoda. Nos llamó la atención que en otros paradores siempre nos ponen un detalle de bienvenida, una botella de vino champage con turrón o algo parecido, pero en esta ocasión no fue así, quizás porque aquellas eran suites. Teníamos régimen de media pensión, los restaurantes preciosos. El desayuno y la cena exquisito, para recomendar las zamburiñas, la tabla de quesos y la carne de ciervo. Otra cosa que me sorprendió que nos cobrarán el agua. Las bebidas, vino y demás lo entiendo...pero el agua no. El servicio muy bien, todos encantadores, amables y serviciales. El parador precioso, el Spa y la piscina los disfutamos un montón, tiene una biblioteca que es la joya de la corona, tiene restos arqueológicos, así como una réplica de una celda de un monje. Se encuentra ubicado muy cerca de Cangas de Narcea en un paraje muy tranquilo.

Experiencia formidable gracias, entre otras cosas, al exquisito trato del personal. Magnífico el restaurante (menú de cena) y el desayuno: variado, muy completo y con productos de mucha calidad.Habitación muy amplia y acogedora.Repetiremos, sin duda.

Muy buen parador, genial en limpieza, nada de ruidos en la habitación y eso que estábamos en la 201 al lado del comedor del desayuno. El parador es indispensable ser visitado, tienes acceso libre a las instalaciones para visitarlo, puedes ver una antigua celda de los monjes al fondo. La iglesia no se puede visitar más que en horario de culto los domingos a las 19H nos dijeron. El SPA algo pequeño pero bien, sin mucha gente. Si contratas el SPA te dan el albornoz que puedes seguir usando en tu estancia. La piscina climatizada se puede ir con gorro y bañador para los huéspedes y es un vaso de 1,40m de profundidad y 18metros de largo, apto para niños o para practicar natación. Obligatorio coger el desayuno, tienes acceso a un buen buffet y te traen café con leche (que tienen también de Soja y Avena o sin lactosa) a la mesa y también puedes pedir platos recién hechos entre una buena variedad de tortilla de patatas, huevos a la Benedicto, huevos fritos con bacón o revueltos. Las instalaciones merece la pena visitarlas y andar por esos enormes y largos pasillos, ver el claustro con sus lápidas de los monjes, respetando el silencio del sitio. El aparcamiento nos comentaron que siendo huéspedes es gratis tanto en el exterior como en el subterráneo. Fue una buena estancia. Como recomendación me gustaría decir que el sistema automático de luces es para poner manual de instrucciones... Eso que si pulsas un interruptor se enciendan las luces al 30% y luego tengas que mantener pulsado para dar más intensidad, que el interruptor más alejado si pulsas una vez apagas todo... Merece un buen manual.

Parador antiguo monasterio, con restos históricos a visitar del primer monasterio. Dos claustros preciosos. Excelente desayuno y restaurante fenomenal de cocina asturiana. Tiene piscina climatizada preciosa, antigua bodega del monasterio y spa. Parking gratuito enfrente del hotel. Habitaciones muy amplias y modernas. Biblioteca de película. Pero sobre todo, AMABILIDAD DEL PERSONAL..

Espectacular el edificio y como siempre en paradores el trato y la comida exquisita

Se trata de un antiguo monasterio, todavía ocupado en parte por la orden de los dominicos. Pues bien, a la entrada, en recepción, han colocado unos adornos, tipo papá noel, que no representan ni la tradición católica, ni el espíritu cristiano de la Navidad, sino un reclamo consumista venido del mundo anglosajón. Lamentable.

Hemos aprovechado la visita a la bodega que hay al lado para comer en el restaurante del parador y todo ha sido de 10. Espacio muy acogedor Atención del personal 10 Platos riquísimos. Nos pusieron una copa de Sidra El Gaitero y un canapé de crujiente de queso con anchoa muy rico. Probamos media de croquetas super cremosas y unos espárragos muy ricos. Luego mi mujer carrilleras al vino tinto (brutales ) y yo pedí Fabon de Moal con marisco, solo puedo decir que las mejores que he comido en mi vida. De postre nos pedimos Requeson con miel sin palabras 😋 Enhorabuena a todo el equipo!!