Parador de Corias en Cangas del Narcea

Lugar idílico. Amplias habitaciones, tranquilidad máxima. Desayuno estupendo. Incluso con visitas dentro del monasterio gratuitas que te dan mucho contexto de lo que debió ser el lugar.

lo que es el parador en sí que antiguamente me contaron que fue una escuela o instituto es espectacular, luego podriamos ver los numeros rojos de la gestion pero eso ya es otro cantar pq es dinero publico. pero en lo que es amabilidad, variedad para eventos, comida etc de verdad es muy muy bueno y el entorno de corias cangas del narcea precioso

Hemos pasado 3 días aquí, la verdad es que el parador es una pasada, súper bonito, las habitaciones son muy amplias, los pasillos, las bibliotecas, todo precioso!, super recomendado el spa, sales de ahí renovado. Los desayunos que incluimos en nuestro plan son muy completos y las chicas siempre pendientes por si se te ofrece algo. El enclave muy tranquilo, lo único que no me gustó fue el camino, que a pesar de que las vistas son hermosas, hay muchísimas curvas , pero es inevitable si atraviesas la montaña. Sin duda es una experiencia que recomiendo y que volvería a hacer.

Excelente experiencia. Espectacular el monasterio y la atención del personal. Vuelvo siempre que puedo. Gracias

Una experiencia muy maravillosa

Vinimos unos días en familia y nos encantó el parador. Habitaciones amplias, todo muy bien conservado, en el restaurante se comía de lujo... Totalmente repetible y aconsejable.

El Hotel cuenta con unas instalaciones de 5 estrellas, se encuentra en un antiguo monasterio estilo románico construido entre 1022 y 1044, lo que le suma aún más interés. Una vez allí los tesoros para descubrir son muchos: una secuoya gigante de 120 años en uno de los jardines, una biblioteca histórica, los restos de la antigua iglesia fundacional del siglo XI... Muy recomendable.

Un lugar histórico bien conservado. Recorrer el vestíbulo es como caminar con el paso solemne de los monjes del siglo XI.

Gran Parador con garaje gratuito, una biblioteca muy bonita, una araucaria chilena en uno de los claustros, restos arqueológicos en los sótanos y una gran amplitud.

Nos encantó el sitio. Entorno muy agradable, el personal muy amable y atento y las habitaciones están muy bien. Muy recomendable.