Parador de Cordoba en Córdoba

Parador espectacular, no es la primera vez ni será la última. Hacer especial mención a Juan de recepción, por su profesionalidad y amabilidad, es encantador.

Parador muy bueno, con vistas a la Ciudad y una terraza genial, en si, un lugar ideal para una Ciudad encantadora Córdoba

Muy agradable y localización espectacular aunque lejos del centro de córdoba El servicio excelente y más que profesional y amables (Rafael, Martina, Manuela,…) Habitaciones amplias, quizás les falta un toque de modernidad En cualquier caso, el trato del personal es excelente y los huéspedes lo agradecemos mucho

Los servicios que tiene el hotel son algo mas deficientes que el año pasado. Las tuberias se atascan o no tragan bien, la piscina esta caliente todo el día, en el desayuno los huevos revueltos no tenían buena pinta, tuvimos que pedir todos los dias papel higiénico porque se olvidaban de reponerlo. Pero los trabajadores del servicio (limpieza, camareros, socorristas) eran un encanto.

Fue muy difícil escribir una reseña de este hotel, ya que hay opiniones poco convincentes, y después de alojarme allí, entiendo por qué. Teníamos una suite en la cuarta planta con balcón envolvente, y es la mejor habitación de hotel en la que me he alojado en cuanto a comodidad, privacidad, limpieza, tranquilidad y vistas. Si hubiéramos tenido una habitación estándar, no habría estado contento, ya que son ruidosas, tienen balcones muy pequeños y, si dabas a la parte trasera del hotel, te perdías las vistas. El personal del bar era muy amable, pero en el desayuno no siempre te pedían café o platos calientes. Los platos calientes eran limitados y la calidad de las tortillas variaba a diario. Al hacer el check out, el personal de recepción no parecía muy comprometido. Fue una pena, ya que desmerece lo que es y debería ser un gran hotel.

Hemos pasado 2 días en este Parador y sin duda ha merecido la pena conocerlo, tiene unas instalaciones preciosas, una piscina magnífica y una atención excelente. En nuestro caso nos hemos alojado en una habitación doble estándar y aún, siendo la "más sencilla" dentro de las posibilidades que puedes elegir, era preciosa. La habitación muy amplia, con su cama de 1.80, su minibar, mesita y sillas, la tv (pequeñita), su balcón y sillas..., el baño en perfectas condiciones... hemos ido a Córdoba con 43° y daba gusto entrar en las instalaciones perfectamente aclimatadas. El desayuno tipo buffet bastante completo y para todos los gustos, disponen de diferentes panes, frutas, embutidos, fiambres, mermeladas, zumo natural de naranja... El personal muy amable y respetuoso. Hemos disfrutado mucho de estas instalaciones, gracias.

Excelente. Siempre me alojo aquí cuando visito Córdoba.

Un Parador muy bonito y tranquilo. Las habitaciones, el vestíbulo y la cafetería/restaurante están muy bien cuidados y son cómodos. Sin embargo, las zonas exteriores necesitan una reforma. La pintura vieja de nuestra terraza se está descascarando y hay grietas en los azulejos. En resumen, un hotel realmente espacioso y bonito.

Este hotel es una grata sorpresa, donde el amable personal te hará sentir como en casa. Excelente ubicación, a 6 minutos en coche del centro de Córdoba. La habitación es amplia y nos gustó la vista a la piscina y la terraza. El baño necesita una reforma, sin duda, pero la gran piscina en un entorno tranquilo te hará olvidar este pequeño inconveniente. El desayuno no vale lo que cuesta, lo cual es una pena porque es bueno y variado.

La merecida fama gastronómica de los restaurantes de los paradores es bien sabida por todos. Lo que más valoro es que recoja lo mejor de la cocina local tradicional y quizás en este punto es dónde sentí decepción especialmente con los flamenquines, en los que intuyo que se buscó una innovación poco conseguida, rellenándolos de una extraña picada de yema de huevo cocido y pimiento rojo que rompía el sabor tradicional de un buen flamenquín y no aportaba nada bueno. Eso sí, muy bien fritos aunque se me hizo difícil comerlos. Algo parecido ocurrió con las berenjenas con otro extraño envoltorio de masa que las cubría en el interior que probablemente engañe la delicia que es una buena berenjena enharinada y bien frita que en la mayoría de restaurantes cordobeses y por descontado en los hogares locales sí que saben resolver. Sin embargo, las migas resultaron deliciosas al igual que el salmorejo , ambos platos sin inventos raros y cocinados con éxito. El entrecot no parecía de gran calidad aunque el churrasco sí que aprobó el expediente. Finalmente en los postres es obligado probar una exquisitez local ancestral de origen serfardí que allí llaman "reventones". Buen servicio de bar con los licores finales. El servicio cometió algún pequeño error (perdonable) con el joven camarero que inicialmente nos atendió (olvidó las cervezas de aperitivo) pero afortunadamente nuestra camarera definitiva resolvió la tarea durante toda la comida con profesionalidad y simpatía. Lástima que no tuvieran ningún detalle con nuestro padre que celebraba su octogenario cumpleaños . Merece otra oportunidad este restaurante que confiemos en que mejore porque no deja de ser el de un parador de una ciudad que ahora mismo es top a nivel turístico y que resultaría triste que pudiera decepcionar a tantos visitantes.