Parador de Cardona. Restaurante Abad en Cardona

Me encantó la estadía, fue hermosa ❤️

Parador en la línea de la cadena. Habitaciones, cafeteria y desayuno correcto. El atractivo que tiene es su ubicación en el castillo de Cardona. Buenas vistas del atardecer.

Excelente,lo único de Cardona que vale la pena ,el resto un horror. Las minas de sal de Cardona ,interesantes sin más .

Ubicación espectacular en una fortaleza histórica del siglo IX. Habitaciones cómodas con aire acondicionado y un excelente restaurante.

Estuvimos una noche y el edificio es espectacular, las habitaciones correctas y el personal amable y servicial. Aún así tuvimos un par de probllemas que no empañaron la experiencia pero que pienso que un Parador deberia tener en cuenta pues los detalles lo son todo. El primera fue que en baño no tuvimos gel de baño hasta prácticamente cuando ibamos a salir aunque lo pedimos dos veces, y tampoco jabón de manos. El otro fue que de madrugada nos empezó a "llover" dentro de la habitación, pues el aire acondicionado empezó a chorrear agua. Repito que no son problemas graves y puede que tuvieramos mala suerte, pero deberían de poner un poco más de atención en los detalles. Aún así recomendaria el lugar sin dudarlo sobre todo si vas en coche, si vas por otros medios y tienes que ir a pie tened en cuenta que está encima de una colina y que el camino aunque cómodo es empinado y hay un trayecto de unos 20 minutos desde el pueblo.

Hemos pasado un finde estupendo y con un entorno medieval fantástico !!!

Genial. Tanto recepcion, camareros. Y el lugar ideal

A éste parador ya le hemos puesto estrella de favorito!! Nuestra estancia de dos noches ha sido especial. En este imponente castillo nos hemos sentido súper agusto. El equipo que trabaja para que nosotros disfrutemos de la estancia,es sin duda de lo mejor! Susana,Jean Pierre, Jonathan,han hecho que nos sintamos muy agusto! Felicitar a la cocina por sus deliciosos platos! Con eso nos quedamos!

Cinco estrellas por su ubicación y especialmente por la comida. ¡Las habitaciones son de una austeridad propia de un monasterio circense! Amplias, eso sí. Pero el almuerzo es para recordarlo durante días, ¡extraordinario!

Es como vivir en la época, muy bien cuidado, el servicio exquisito y la comida de calidad. El restaurante por ser un paradero tiene un precio razonable y las raciones son muy correctas. También tienen servicio de bar para tapas o burgueros por la noche si no quieres una cena excesiva y también está muy correcto.