Onírica en Burgos

Excelente restaurante en Burgos. Si quieres un sitio para comer bien en Burgos, te recomiendo Onirica. No es el clásico restaurante de cordero y cochinillo pero la comida y el ambiente espectacular.

Excelente experiencia personal muy amable y educado, local impecable y la comida buenísima

¡Muy buena experiencia en este establecimiento! La acogida es estupenda y el servicio muy rápido. El personal podrá aconsejarle sobre platos o vinos. La decoración interior es original y cálida. Los platos son elaborados y originales. No nos decepcionó. ¡Te recomiendo que pruebes este lugar!

Muy bien trato y genial el ático que tienen para tomar una copa tranquilamente.

Segunda vez que comemos allí. La comida bien presentada y elaborada pero nos vamos con malas sensaciones. No puedes ser que tengamos el segundo entrante servido y que no esté el vino en la mesa a pesar de haberlo recordado. En un restaurante de 50€ el cubierto esto no puede pasar. No tenía el día el camarero...

Espectacular! Cenamos el menú de 90 minutos y todo buenísimo. Lo mejor la carrillera y la berenjena con la crema agria. Calidad precio muy recomendable para una ocasión especial ya que son 40€ por persona. No le puedo dar 5 estrellas porque tuvieron un detalle un poco feo que no nos gustó nada. Pedimos de beber un botellín de 18/70 y una pinta de águila sin filtrar. No sabemos porque, nos trajeron dos copas en vez de lo que habíamos pedido, y lo peor fue que nos cobraron la pinta y el botellín cuando no es lo que nos pusieron. Por lo demás, muy recomendable ♥️

Estuvimos cenando en Onírica con unos amigos. El mejor sitio de Burgos!! Ambiente fantástico, trato fenomenal, la comida increíble y luego las copas y música una pasada Totalmente recomendable!!! Volveremos

Comida y servicio espectacular. La decoración del restaurante con muy buen gusto…en general, todo genial, merece la pena en todos los sentidos.

Ce qui plaît se trouve dans l’ambiance, la décoration du lieu, l’emplacement face à un bâtiment religieux en centre-ville, la vaisselle élégante. Ce qui retient est une cuisine manquant de simplicité. À trop chercher l’originalité, les plats se suivent sans logique unitaire ou de continuité. Le menu 90 (pour la durée, pas le prix) en 6 temps est une enfilade de quelques mauvaises surprises. L’aubergine confite avec du maquereau fumé, des échalotes et une crème fouettée représente, selon mes goûts, le plat à ne pas inventer. Je sauve la joue qui intervient en plat carné et un original flan au maïs pour le dessert. Les quantités pourraient être réduites sans que le client ne se sente volé. Point de carte des vins. On a soit un accord mets-vins à prix très doux, soit un des vins de l’accord pour accompagner le repas. On peut considérer que le prix de menu est contenu à 43 euros. Le service est imparfait : verres apéritifs non desservis qui restent sur la table jusqu’au bout, couverts identiques changés uniquement au dessert et pourquoi le serveur s’équipe de gants en caoutchouc bleu pour vous servir l’apéro ? Drôle d’idée…

Elegancia y tranquilidad. No me parece un sitio para ir con niños. Es elegante, tranquilo. Tiene varias plantas. Comida diferente, de buena calidad y bien preparado. La causa muy recomendable. Y los postres también.