Ondinas Do Mendo en Madrid

Buena comida en un restaurante pequeño y concurrido. Lo peor los camareros, algo descarados y poco amables.

El hotel es espectacular, un 2** que parece un 4**** o incluso superior en algunos detalles. La familia y Alejandra encantadores. Al ser bodega de Txacolí y hotel, puedes reservar cata, por cierto muy bien explicada por Joseba, que se nota que adora la tierra y sus viñas. Volveremos seguro.

¡Comida gallega casera y buenísima! El personal es súper amable y el ambiente muy acogedor. Si vas, no te pierdas el vino ni los callos, ¡están buenísimos! Eso sí, ten en cuenta que solo aceptan pago en efectivo. ¡Deseando volver en mi próxima visita a Madrid!

Muy buena mano con todo, y trato familiar. Un gusto!

Estaba delicioso, comida casera y buen vino. ¡Definitivamente regresaremos! 🍷🍲

Ondiñas Do Mendo, en Madrid, es un restaurante que destaca por su carne exquisita, cocinada a la perfección y llena de sabor. La experiencia se completa con la atención excepcional de Manolo, un camarero simpático y agradable que hace que cada visita sea aún más especial. Su trato cercano y profesional crea un ambiente acogedor que invita a volver. Recomendable 💯.

La comida es excelente, los precios son asequibles, pero lo más importante de este lugar es su maravilloso ambiente y la gente que trabaja allí. Nos alojamos dos veces durante nuestra corta visita a Madrid y nos sentimos como en casa. ¡¡¡Gracias!!!

Restaurante de barrio donde solo se puede pagar en efectivo. Más raciones son grandes y están bien cocinadas. Recomiendo las zamburiñas y los chipirones fritos.

Fuimos un sábado a comer y desde que entramos por la puerta se nota que el sitio está lleno porque ya en la barra hay bastante gente tomando el aperitivo. Al entrar, la mesa que nos habían dado, era para 6 personas muy juntas y con el espacio justo para el pan y la bebida. No lo recomiendo para ir con niños porque los asientos son taburetes, estábamos todos muy juntos y no hay casi espacio ni para carritos. Aún asi, si vas con bebés, tienen cambiador en el baño. La comida está muy rica, las raciones están bien y tienen carta con alérgenos. Lo que más nos gustó fue el pulpo, la fritura de pescado y el entrecot que viene en una piedra caliente y dejas la carne hacerse como más te guste. El "Pollo al ajillo" son unas alitas de pollo marinadas en ajo y vinagre (una combinación particular). Se aparca bien por la zona, tanto en zona verde como en zona azul. Importante reservar mesa y llevar dinero en efectivo para pagar porque no aceptan tarjetas.

Un servicio de 10 ! El camarero es súper majo y la comida muy muy rica