nordestada en Porto do Son

Magnífica experiencia....un referencia gastronómica...mi felicitación en todos sentidos....

Si tuviera que resumir mi experiencia sobre Nordestada: el sabor a mar es su verdadera esencia. Este restaurante es un triunfo de la sencillez muy bien entendida. El pescado y el marisco es magnífico y de una frescura total; la materia prima es la protagonista absoluta. El trato que le dan a la brasa para cocinar el pescado es, sencillamente, perfecto. Sabes que estás comiendo directamente el sabor de la ría. La atención es de 10: su servicio es impecable, cercano y cálido. Te hacen sentir cuidado desde que entras. El equipo te atiende con una dedicación que eleva toda la experiencia a la excelencia. En resumen: en Nordestada se viene a disfrutar de un producto excepcional y de una cocina cuidada, que respeta el producto y la cocina tradicional, con un toque moderno. Déjate asesorar por el Chef y que te sorprenda con el maridaje. Además todo envuelto en un trato de lujo. Es una parada obligatoria para del buen comer en Galicia.

A pesar de cancelar la reserva con poco margen, el chico que me atendió ha sido muy agradable. Me quedo con las ganas de poder probar el restaurante, lo haré pronto. Gracias!

Comimos muy a gusto si bien por razones de mercado la disponibilidad de pescado se limitó al solo Sanmartino. Destacar el ensalada de tomate con paraguayos cocido, combinación muy acertada. Pescado cocinado con sabiduría y sin nada más de lo que se necesita. Precios non baratos pero justificados. Pequeños detalles se podrían mejorar para subir un peldaño más. Buena atención a los clientes. Ambiente agradable con cocina a la vista.

Probamos este restaurante hace una semana y, desde entonces, no hemos parado de recomendarlo. Llevábamos un tiempo en la mira y, tras conocer al chef este verano en un evento en las bodegas Martín Códax, decidimos no esperar más. Teníamos muchas expectativas, pero las superó con creces. Un lugar encantador y cómodo, a un paso del puerto. Un servicio excelente y profesional. Sin ser invasivo ni pretencioso. Y, por supuesto, lo mejor es la cocina: muy buenos productos tratados con mucho respeto y sin adornos. ¡Cuánto se agradece hoy en día! Somos muy exigentes con el pescado, más aún si es a la plancha, y la dorada que comimos allí entró en nuestro top 3. Un lugar para repetir una y otra vez... volveremos.

Estando en la misma entrada del puerto tenía que ser puro mar. Camarones, chipirones con berenjena y sésamo, y, por supuesto, bogavante a la brasa. Lo de los vinos ya es un tema aparte. No es solo la amplísima oferta, sino la pasión por ofrecer y enseñar por parte del dueño a poquito que uno demuestre algo de interés. De postre, aparte del mus de chocolate con avellana tostada, nos regaló la recomendación de visitar el Castro de Baroña que si no hubiese sido por eso habríamos pasado por alto. Hay que volver a los dos sitios, al Castro y al restaurante.

Tuvimos una cena maravillosa, con un ambiente perfecto. Aunque estaba lleno (servicio en todas las mesas) puedes hablar a un volumen comodísimo, que es algo que en particular yo valoro un montón, las acústicas de los restaurantes. Por llegar algo antes de tiempo de la reserva tuvieron el detalle de ponernos una tapa de croquetas de mejillón tigre deliciosas. Pedimos el tartar de bonito, las gambas “acariciadas” y por último las navajas. Recomiendo especialmente las navajas, que están servidas con una salsa de limón que es espectacular. Salimos encantadas, ¡repetiremos seguro!

Pequeño enorme restaurante con todo a favor: producto local inmejorable, elaboración perfecta y personal cercano y de gran nivel. Carta de vinos más que destacable, con interesantes referencias gallegas. Berberechos con su pil-pil impresionantes y almejas con la mejor marinera que nunca probamos. Besugo magnífico a la brasa en punto inigualable. Postres muy elaborados. Obligatorio, no se lo pierdan. Les encantará.

Visitamos Galicia por primera vez y, si el comienzo fue tan exitoso en este restaurante se puede decir con certeza: la primera vez, pero seguro que no la última. Nos gustó absolutamente todo: tanto el servicio como el menú. Da la impresión de que aquí cualquier plato será una buena elección, además siempre se puede recurrir al chef para pedir un consejo. La calidad de los platos está al más alto nivel: puro, natural y tremendamente delicioso.

Siempre que vamos nos dejamos recomendar por el chef, y por supuesto siempre acierta. Tanto con el pescado como con sus vinos. Repetimos cada año, si puede ser y el bolsillo lo permite, varias veces.