25/12/2024: He reservado el menú de Navidad en el restaurante Jacaranda para el 14 de diciembre de 2024. Para realizar la reserva es necesario el pago por adelantado del precio fijo de comida y bebida. Esto ahora es comprensible, ya que cada vez más personas hacen reservas en varios restaurantes al mismo tiempo y toman decisiones de última hora sin informar al restaurante.
Cuando llegas, te encuentras con una puerta cerrada que sólo se abre después de que se haya anunciado la reserva. El camino hacia el aparcamiento de la propiedad deja una gran impresión: un bonito edificio en un amplio parque con una atractiva iluminación: ¡vale la pena verlo!
El personal también atiende a los huéspedes con un alto nivel, siempre amable y elegante.
El menú ya había sido anunciado con antelación y la expectación ante un establecimiento premiado con Michelin era grande. Desafortunadamente, descubrí que el maestro de cocina probablemente estaba de vacaciones y el aprendiz asumió sus funciones con poca antelación:
- Foie gras de oca en crema de cuajada: El comienzo estuvo bien, pero el sabor fue muy neutro.
- Tartar de gamba roja, coliflor y pesto: De nuevo, el plato estuvo bien, pero el sabor fue un poco diferente al que esperaba.
- Filete de rape: El filete estaba gomoso y el cacao dominaba demasiado el sabor.
- Pato con peras: El pato lo sirvieron casi crudo y apenas se notaba el sabor de la trufa, un desastre.
- Postres: en el mejor de los casos, eran normales.
Se nota que el equipo se esforzó mucho y utilizó buenos ingredientes. Desafortunadamente, el resultado no cumple con los estándares de un premio Michelin. Lo siento.
Sin embargo, me gustaría destacar que el ambiente y el amable servicio fueron simplemente perfectos. El Restaurante Jacaranda ofrece un hermoso entorno y una experiencia de servicio de primera clase, aunque la experiencia gastronómica esta vez fue decepcionante.
22/10/2024: Tuve la suerte de cenar en el restaurante Jacaranda de Finca Serena y fue una experiencia excepcional en todos los sentidos. Desde el primer momento, el lugar me cautivó con su belleza natural y un ambiente de tranquilidad incomparable. Rodeado de viñedos y jardines de lavanda, el restaurante está perfectamente integrado en este paraíso mallorquín, lo que crea una atmósfera mágica.
El equipo fue atento y profesional, cuidando cada detalle con una amabilidad que te hace sentir como en casa, sin dejar de lado la elegancia que caracteriza el lugar. Desde las recomendaciones hasta el servicio, todo fue impecable.
En cuanto a la comida, el menú de cena fue simplemente exquisito. Los platos estaban potentes en sabor, bien equilibrados y con ingredientes frescos de la isla. Cada bocado era una explosión de sabores que resaltaban la calidad y creatividad del chef. Definitivamente, una cena adecuada en porciones y muy bien pensada para disfrutar sin prisas. Destaco especialmente la maestría en la combinación de ingredientes locales con técnicas modernas.
Recomiendo Jacaranda sin dudarlo para cualquiera que busque una experiencia gastronómica de primer nivel en un entorno espectacular.
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