Muxicas Taberna en Salvaterra de Miño

Siempre es un acierto, comida increíble y trato inmejorable!

Nos tocó en el patio interior que en cuanto a temperatura era donde mejor se estaba y aún así pasamos calor ( bien es cierto que era un día muy caluroso). Lo peor del sitio era el ruido que había. El sonido resuena y a pesar de no ser muchas mesas resulta muy molesto. La comida estaba buena.

Fuimos a comer y quedamos muy contentos con lo que pedimos. Todo elaborado al detalle y la atención de las camareras insuperable! Calidad-precio acorde y el lugar tiene mucho encanto. La única "pega" que encontré fue que cuando traian carne pasa asar en las mesas, se acumulaba el humo en el salón y es incómodo. Al hacer tanto calor estábamos cerrados con el aire, pero una mejor ventilación vendría de perlas. Animo a todo el mundo a probar! Hay opciones vegetarianas, las croquetas eran de trufa, sin carne, las mejores que comí en mi vida.

Un lugar muy bonito en una aldea, la cocina es gallega y también con unos toques asiáticos fusionando ambas. No tiene una extensa carta, pero lo que tiene es suficiente para adecuarse a los gustos de cualquier tipo de comensal. Probamos una ensalada, unos choquitos a la plancha, unas croquetas y unos takoyakis. Muy ricos estos entrantes, especialmente las croquetas y los takoyakis japoneses. Luego la picaña que la haces tú en la mesa en una plancha caliente, muy tierna y un churrasco mixto con patatas fritas, en este caso debían tener las brasas muy fuertes y se les secó y tostó un poco, pero igualmente se comía bien. Los postres deliciosos, probé la tarta de Santiago líquida con helado de lima, la recomiendo, totalmente distinta a lo que conocemos, pero para bien y una macedonia muy buena. Me ha gustado el local y comedor, en el exterior hay estacionamiento sin problemas. El personal muy atento a cualquier cosa que pedimos. Si pongo algún pero, sería el baño de caballeros con el lavabo desprendido de un lado. En mi caso ver los servicios me dice mucho sobre el cuidado del local y este debe ser un aspecto a cuidar mucho. Recomiendo el lugar, les gustará.

Un lugar muy bonito en una aldea, la cocina es gallega y también con unos toques asiáticos fusionando ambas. No tiene una extensa carta, pero lo que tiene es suficiente para adecuarse a los gustos de cualquier tipo de comensal. Probamos una ensalada, unos choquitos a la plancha, unas croquetas y unos takoyakis. Muy ricos estos entrantes, especialmente las croquetas y los takoyakis japoneses. Luego la picaña que la haces tú en la mesa en una plancha caliente, muy tierna y un churrasco mixto con patatas fritas, en este caso debían tener las brasas muy fuertes y se les secó y tostó un poco, pero igualmente se comía bien. Los postres deliciosos, probé la tarta de Santiago líquida con helado de lima, la recomiendo, totalmente distinta a lo que conocemos, pero para bien y una macedonia muy buena. Me ha gustado el local y comedor, en el exterior hay estacionamiento sin problemas. El personal muy atento a cualquier cosa que pedimos. Si pongo algún pero, sería el baño de caballeros con el lavabo desprendido de un lado. En mi caso ver los servicios me dice mucho sobre el cuidado del local y este debe ser un aspecto a cuidar mucho. Recomiendo el lugar, les gustará.