Muramar en Valdoviño

17/02/2025: Un bonito lugar, de arquitectura rural gallega con gusto y adaptado a su cometido, luminoso gracias a las amplias cristaleras de su galería-comedor, en el que reina la piedra y la madera. Un servicio joven y esmerado, en el que destaca un profesional que destila amor por su profesión, que demuestra con sus conocimientos diversos, y en el que, quizás, habría que evitar alguna "visita" de más a la mesa, pues el exceso de atención es un defecto equiparable al defecto, resta intimidad y advierte un sesgo de nerviosismo en quien lo protagoniza. Muy bien la puntilla de calamar, para mí el reclamo que me ha hecho volver, pues es difícil encontrarla en otros locales. Limpia y al punto, crujiente y sin exceso de aceite. También muy sabroso y bien emplatado el salpicón de rape y langostinos. Fresco, con buenas piezas y con salsa lograda. De sabor, bien, la Presa y Abanico de cerdo ibérico al Oporto, pero pobremente emplatado. Una presentación sosa que no estaba a la altura del sabor del producto. Unas patatas asadas con su piel, por ejemplo, le habrían dado la que no aportaban unas patatas fritas que... De postre un trozo de tarta de chocolate, crema y galleta, de frágil textura y grata para los más "larpeiros", lo que no es mi caso, así que, en este capítulo, no soy objetivo, quizás porque añoro una auténtica ( aquí no presumían de que esta lo fuera ). Tomamos un Codorniú Ars Collecta 2019, que, dentro de la oferta, cumple. Como entrante de la casa nos pusieron un par de tacos de pastelón y una crema fresca de garbanzos, ambos sabrosos.

26/11/2024: Reservamos domingo a las 12h para comer a las 15h y sin ninguna clase de impedimento. Pedimos revuelto de wakame y salpicon de primeros, bacalao a la salsa alioli horneado, pato a la miel y bayas, y un menú infantil para dos niños. Todo, absolutamente todo estaba buenísimo. El trato realmente inmejorable y el ambiente muy acogedor... hasta la gata nos pareció simpática e hizo migas con los niños. Un diez de diez. Volveremos. Muchas gracias.