Moli L'Abad en La Pobla de Benifassà

Lo mejor sin duda la ubicación y la tranquilidad. Es un verdadero lujo estar en pleno bosque y junto a un río como éste, repleto de pozas de agua cristalina y zonas de baño increíbles. Las cabañas son pequeñitas pero tienen prácticamente lo necesario, pero están justillas en cuanto a sábanas y toallas (sólo ponen sabana en la cama de matrimonio, en las camas individuales NO) y nos han dado 2 toallas de baño y dos de lavabo cuando somos una familia de 4. Se respira tranquilidad y en el restaurante se come más que bien y la ubicación es maravillosa, está encima del río y es un verdadero placer comer o cenar allí. La piscina también está bastante bien, cubre poquito y muy agradable. El campo de fútbol tiene sólo 1 portería pero es grande y suficiente para que los niños jueguen. En resumen, nos ha gustado mucho en general y se está muy a gusto.

Todo muy bueno, algo caro porque es calidad. Plato de ibéricos y quesos espectaculares

Es la segunda escapada que hacemos a la zona. Nos hospedamos, la primera en el hotel y está última en un bungalow. Hemos podido apreciar también la gastronomía de Moli l'Abat, tanto en el Restaurante, como en el del pantano. En ambos lugares nos gustó mucho. En cualquier caso, volveremos pero, al pantano, la amabilidad de las personas que atienden (en especial el Sr. que nos atendió en los desayunos, con una gran memoria) nos pareció muy profesional. Disfrutaremos próximamente de la Tinenca, de su gastronomía y algún paseo en kayak. Gracias!!! @desayunosycomidas.deruta

Estuve la ultima semana de mayo. Genial. Bubgalows super, super limpios. Las instalaciones muy buenas y aunque es verdad que no había casi nadie (por las fechas) se ven unas instalaciones de primera. Muy cerca de todo, del pantano y de múltiples excursiones por la zona. Los 2 restaurantes perfectos Repetiré seguro

Un lugar muy bonito y tranquilo

Hace unas dos semanas nos alojamos en el camping; no había mucha gente. Preciosas zonas con sombra, ¡y hacía bastante calor! Las instalaciones sanitarias, tanto el edificio antiguo como el nuevo, estaban limpias y ordenadas. El camping está situado en una calle tranquila. La recepción está en el hotel, aunque no está muy bien señalizada. Una vez comimos en el hotel, ¡y estuvo genial! Con el perro, casi nunca hay oportunidad de pasearlo. Estábamos bajo las moreras, que a menudo dejaban caer frutos pegajosos. Esto deja manchas, ¡y es un punto a considerar, vayas o no!

Estuvimos en un bungalow con dos niñas pequeñas y lo disfrutamos mucho.

Este sábado fuimos a comer al restaurante Molí L’Abad y salimos bastante contentos con la experiencia. Escogimos el menú del Molí, que incluye varios entrantes para compartir y un principal a elegir. Como entrantes nos sirvieron corazón de alcachofa con codorniz, una croqueta sorpresa (muy curiosa y sabrosa) y una brocheta de pulpo a la brasa que estaba especialmente buena. De plato principal yo elegí el entrecot a la brasa, muy bien hecho y con buen sabor. Mis compañeros se repartieron entre el cordero al horno, la lubina a la brasa, la trucha al horno y el bacalao gratinado. Todos comentaron que sus platos estaban muy bien cocinados y con buena presentación. En cuanto a los postres, todos eran caseros y se notaba. Probamos la tarta de queso, el flan de avellana, helado y la tarta de chocolate. El flan fue una sorpresa muy agradable. El menú incluye también agua y café, aunque me animé a pedir un Cremaet y, sinceramente, no fue de mi gusto—pero eso ya va en preferencias personales. El local es acogedor, sin grandes lujos, pero cómodo. Lo que realmente destaca son las vistas exteriores y el entorno natural. El paseo junto al río, justo debajo del puente, es precioso y muy recomendable para hacer antes o después de comer. En resumen, un sitio muy recomendable si buscas buena comida tradicional, un entorno bonito y tranquilidad.

Cuando hay tranquilidad (mayo, entre semana), el silencio es absoluto. Un paisaje impresionante. Las instalaciones son excelentes y el bar/restaurante es el más bonito que he visto. Hay más gente los fines de semana, pero todos estaban alegres y se callaban a medianoche. Ideal para caminar y montar en bicicleta.

Estuvimos alojados en semana santa. El camping y el entorno son geniales, pero los restaurantes dejan mucho que desear. Hay dos restaurantes, uno en el camping y otro en el embalse (a 10 min en coche): Cenamos en el del camping la primera noche porque llegamos cansados, y tardamos más de dos horas en cenar (solo éramos tres y pedimos un plato cada uno). Uno de los platos además estaba congelado, pedimos cambiarlo, y nos cobraron más de lo que marcaba. El resto de días ya no comimos allí, pero si ibas a por un café o te encontrabas con un cartel que decía que estaba lleno y no servían (aunque no fuera verdad) Comimos en el del embalse el domingo, que estaba totalmente abarrotado y tardamos tres horas en comer. Además mientras ibas haciendo la cola se iba agotando toda la verdura. Debería haber un servicio de bar para poder tomarse algo más rápido/barato sin tener que coger el coche.