Meson Sabor Andaluz en Alcalá del Valle

No se le puede poner ni un solo pero a este restaurante. La atención al detalle, la calidad del producto, el ambiente. Una experiencia para repetir.

Ese lugar donde la tradición, los aromas, los sabores y en buen hacer se unifican en una sola cocina. Maravilla en un entorno privilegiado.

Maravilloso. Estaba con dudas por ser un menú con componente principal de verduras pero todas las dudas se disiparon desde el primer plato. Disfruté desde el comienzo del menú hasta el final. Un servicio excelente y comida mejor de lo esperado. Estrella más que merecida. Enhorabuena a la familia del mesón. Increíble!!!

Todo fantástico. Llevaba años queriendo ir y no ha defraudado en nada. Enhorabuena por la trayectoria y la valentía del proyecto

Una de las mejores comidas de los últimos años. MESÓN SABOR ANDALUZ presenta una propuesta atrevida, incluso arriesgada, pero que conquista al comensal, que sale del restaurante con la certeza de haber disfrutado de una de las experiencias gastronómicas más interesantes del panorama andaluz e incluso nacional.

Déjate llevar en un viaje de sabores y texturas, donde cada plato es un explicado al detalle mientras se sirve. El servicio es cercano y atento, admite conversación sobre la historia del lugar o del origen de las materias primas (desde el huerto hasta la mesa). Pedro es un chef excepcional y su equipo maneja la cocina con profesionalidad.

Hemos pasado un fin de semana en Alcalá del Valle con un objetivo principal: comer en este pequeño restaurante de apenas seis mesas, premiado con una merecida estrella Michelin. La experiencia ha superado con creces nuestras expectativas. El Mesón Sabor Andaluz combina tradición familiar y alta cocina contemporánea. En sala, el padre y el hijo junto con el resto del equipo, ofrecen un servicio impecable, cercano y profesional, transmitiendo la historia y el cariño detrás de cada plato. En cocina, la propuesta sorprende por su equilibrio: producto local, técnica refinada y una creatividad elegante, sin artificios. La atención es uno de los puntos fuertes de la casa. Nada está dejado al azar: ritmo perfecto entre platos, explicaciones precisas, sin ser pesadas, amabilidad sincera, ambiente cómodo, elegante y muy tranquilo. Da gusto ver cómo el padre y el hijo forman un binomio perfecto, cuidando cada detalle del comensal. Tienen dos tipos de menú: Menú Celemín 9 salados y dos dulces por 86 euros y el Menú Fanega, 12 salados y 3 dulces además de tres extras, homenaje al antiguo Mesón de callos, rabo de toro y chivo Probamos el menú largo y todavía fuimos capaces de probar el extra de callos y todos estuvieron a un nivel sobresaliente. Desde fondos intensos y verduras de proximidad tratadas con un respeto absoluto, hasta pescados en punto perfecto, pequeños bocados llenos de matices y postres ligeros y deliciosos. Cada plato tiene intención, sabor y una presentación cuidada. El pan, excelente también de una panadería del pueblo. La estrella Michelin no es solo un premio: es un reflejo fiel de lo que se vive aquí. Un restaurante íntimo, honesto y brillante, donde el detalle importa y donde se siente la pasión de una familia por su tierra y su cocina. Un destino gastronómico imprescindible al que, sin duda, volveremos.

Increíble experiencia, deseando repetir cuando cambie el menú. ¡Gracias! Y volveré.

Fuimos el pasado 12 de octubre y aún no me he podido sacar de la cabeza el Mesón. Da gusto que hayan sabido encontrar el equilibrio perfecto entre vanguardia y tradición. La comida excepcional, desde el pan tostado con aceite y ajo hasta el último pase del menú degustación. Los vinos, como es de esperar, también excepcionales. Repetiremos sin duda.

Amabilidad, profesionalidad, calidad, exquisitez, originalidad, una experiencia extraordinaria, gracias