Masia Restaurant Torre del Conill en Castellbisbal

Antigua masía de Can Canyadell: De masía agrícola a espacio gastronómico Masía de mediados del siglo XIX levantada con muros de mampostería, balcones sencillos y una galería de arcos que le otorgan un aire distinguido. Sus fachadas muestran detalles como las esquinas reforzadas con piedra vista y el portal adovelado, que aún conserva la impronta de la construcción original. A lo largo de su perímetro se añadieron cuerpos destinados a celler, almacén y cuadras, reflejo de la actividad agrícola que marcó la vida del lugar durante décadas. La finca se levantó en 1850, tras el derribo de la antigua masía situada en término de Rubí. Su nueva ubicación, ya en Castellbisbal, permitió a la familia Canyadell iniciar una etapa de prosperidad vinculada a la producción vitivinícola. Durante más de un siglo fue hogar y centro de trabajo, con bodegas y herramientas que daban testimonio de una economía basada en el cultivo de la vid. Su historia también se entrelaza con la vida política local, ya que Josep Canyadell Raventós, propietario de la casa, ejerció como alcalde en dos etapas distintas. Después de un largo periodo de abandono, la masía fue restaurada íntegramente en 2005 y reconvertida en restaurante. Hoy, Can Canyadell ofrece una nueva vida al edificio, que conserva la elegancia de su arquitectura y el encanto de sus espacios tradicionales. Es un ejemplo perfecto de cómo un patrimonio agrícola puede transformarse en un punto de encuentro cultural y gastronómico sin perder la memoria de su origen.

Una experiencia fantástica. Platos deliciosos elaborados con productos de su propio huerto (el bacalao, el meloso de ternera y el pastel, espectaculares). La masía es preciosa, llena de rincones cuidados al detalle, y la atención de todo el equipo y familia, excelente. Sin duda, volveremos!!!

Hemos celebrado nuestra boda aquí y ha sido perfecta. El trato maravilloso, la comida muy buena y en un entorno muy bonito. Tiene rincones que enamoran y en especial su bodega. Nos hicieron un pica pica en ella y fue mágico. Después cada invitado eligió su plato de la carta y acabamos tomando unas copas en la terraza con música que nos iba poniendo el Dj. Fue un acierto!!! Antonio y todo su equipo son personas excelentes.

El restaurante es espectacular. El aperitivo en bodega, sensacional. La comida, exquisita. Pero, por encima de todo, el servicio. ¡Han sido magníficos!

Una experiencia divertida. La comida estuvo genial.

De los mejores sitios donde hemos comido, el trato es excelente, y la comida de muy buena calidad. Os lo recomiendo.

Excelente cocina, ambiente auténtico, anfitriones muy amables y hospitalarios, definitivamente lo recomiendo.

Arroz caldoso de bogavante muy bueno. Servicio estupendo. Para repetir la bodeguita, una experiencia diferente.

Un restaurante pintoresco, curioso, sobretodo para los que venimos de la ciudad y nos creemos que cuanto más rústico sea el lugar más auténtica será la comida, craso error. Comimos el pica pica estupendo, todo todo muy muy bueno y cisco fuimos al comedor a comer el plato principal y postre yo me llevé un chasco enorme. De plato principal pedí conejo, pensé que mejor iba sobre seguro y que un restaurante que se llamaba la Torre del conill seguro que era su plato estrella, GRAN ERROR, conejo a la brasa sobrecocinado y seco que parecía plástico, un desperdicio. De parte puedo un flan de huevo, para que esté malo hay que poner empeño y el cocinero que había hecho el flan le puso mucho pero que mucho empeño y salió insípido. En fin, para hacer tapas un 10 para comer plato principal no lo recomiendo ya que el resto de comensales tampoco triunfaron con el plato que les sirvieron. Mi crítica es constructiva, espero que tomen cartas en el asunto y mejoren lo mejorable. Saludos.

Excelente lugar. Fuimos a celebrar el cumpleaños de la bisabuela y todo encantador. El entorno muy bien cuidado y caracterizado y la comida excelente.