Masia La Torre del Gall en Sant Cugat Sesgarrigues

Cuando todo lo que haces lo haces con amor es maravilloso

Desde el primer momento en el que visitamos La Torre supimos que era nuestro sitio ideal para celebrar nuestra boda… y no sólo por la belleza de la Masia sino por la cercanía que recibimos de Anna y de todo su equipo. Desde el día 1 nos sentimos acompañados por ellos en todo momento, aportando ideas, ayudándonos en todo lo que podían y más y haciéndonos la organización muy fácil! Finalmente llegó el día de la boda y todo salió a la perfección!! La comida de 10, el servicio de 10, la decoración de 10… todo fue espectacular! Nosotros sólo nos preocupamos de disfrutar del día porque estábamos más que convencidos que todo saldría perfecto y que contábamos con el mejor equipo que así lo haría! No hemos podido escoger el mejor sitio para celebrar nuestra boda… me volvería a casar 1000 veces en La Torre!!! No sólo nosotros estamos encantados sino que los invitados sienten lo mismo! Gracias Anna, Josep, Manel, Mar, Silvia, Pedro… y todo el gran equipo (o familia) que sois!!

Nos casamos el pasado 25.10.25 y ahora que ya han pasado unos días, que hemos "digerido" todo lo que vivimos ese día y hemos hablado con los invitados -que todavía nos hacen llegar comentarios y recuerdos preciosos del día- sentimos la necesidad de escribir esta reseña para que todo el mundo pueda entender lo especial que fue celebrar nuestra boda en la Masía. Desde el primer día que fuimos, notamos esa sensación de lugar auténtico, cuidado y con una calidez que no es fácil de encontrar. Una de las cosas que más nos sorprendió es que, desde el primer momento, nos dijeron que todos los espacios son nuestros, sin limitaciones ni circuitos cerrados. Puedes montar tu boda como quieras, donde quieras y cómo te haga más ilusión. Esta libertad real da una tranquilidad enorme, porque tienes la sensación de que el sitio se adapta a ti y no tú al sitio. Nosotros no hicimos la ceremonia allá, pero sólo viendo las opciones sabemos seguro que hubiera sido una maravilla. También tuvimos la suerte de poder ir el día antes a montar y ultimar detalles, porque no había otro evento. Para nosotros esto fue un regalo: poder preparar todo con calma, sin prisas y con la sensación de que la masía era nuestra. Un detalle que dice mucho de cómo trabajan y cómo se adaptan a los horarios y necesidades de cada pareja. Anna fue nuestra guía desde el primer momento. Próximísima, clara, paciente y siempre con una sonrisa. Con ella todo era fácil, en serio. Cuando nos dijeron que Silvia sería la persona que estaría con nosotros el día de la boda, debemos confesar que el hecho de no haberla conocido antes nos tenía un poco inquieto. Pero desde el minuto cero de hablar con ella el día antes, toda esa desazón se desvaneció. Nos transmitió calma inmediata, y el día de la boda fue simplemente fantástica: atenta, discreta, cariñosa y muy profesional, guiándonos en todo momento. Convirtió lo que podía haber sido un día de estrés en un día de paz y alegría, que pudimos disfrutar sabiendo que ella estaba ahí. Pedro es un crack, así de claro. Siempre pendiente, resolviendo detalles, ayudando y haciendo que todo fluya sin que tuviéramos que preocuparnos por nada. Desde el primer momento también dándonos consejos de lo que más podría encajar, y nada se equivocó. Y José, el chef… ¿qué podemos decir? La comida fue espectacular. Desde el primer momento nos ayudó a elegir los platos que mejor se adaptaban a lo que buscábamos, proponiendo cambios, ajustando detalles... El día de la boda, la comida superó todas las expectativas: producto de mucha calidad, cantidades generosas y una presentación cuidada hasta el último detalle. Y lo mejor de todo es que, un mes después, los invitados siguen comentando cómo disfrutaron del banquete y lo bien que se comía. Gracias a todo el equipo de cocina, que aunque no los conocimos personalmente, sin ellos no hubiera sido posible. El equipo de camareros y camareras fueron de 10: simpáticos, atentos, profesionales y con una energía superbonita. Y llegamos al DJ, Xavi, que se apuntó a todas nuestras “locuras”. Entendió perfectamente lo que queríamos, se adaptó al ritmo de la fiesta y logró que todo el mundo bailara hasta el final. Mònica, la florista, fue otro regalo: cercana, encantadora y con un gusto exquisito que hizo que la decoración fuera delicada, personal y perfecta. Hablando con los invitados estos días hemos confirmado lo que ya oíamos: fue un día espectacular, en un lugar espectacular, con personas espectaculares. No sólo por la belleza de los espacios, sino por la humanidad de todo el equipo, la flexibilidad, la tranquilidad que transmiten y la sensación de que todo estaba bajo control para que nosotros sólo tuviéramos que disfrutar. Si volviéramos atrás, no tendríamos ninguna duda: volveríamos a escoger la Torre del Gall. Es un lugar en el que no sólo se celebra una boda: se vive una experiencia que queda para siempre.

Ubicación y espacio genial para celebraciones de todo tipo ❤️

Sin ninguna duda me quedo con este sitio a nivel comida. He estado en bodas carísimas que la comida era nefasta y en esta no podíamos parar de comer! La barra libre de coctelería fue la guinda! El personal encantador.

Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia ellos. Fue una boda increíble, de sueño. Gracias a Cris, Pedro, a Anna, Manuel, el chef.. profesionales de pies a cabeza. No podemos estar más contentos. Gracias por todo, le llevamos al corazón. Marina & Lorenzo

Un gran día de boda, con un tratamiento excelente y muy buen servicio en la Torre del Gallo. Muchas gracias.

Muy buena ubicacion y servicio. Recomendable para realizar eventos familiares. 👍

Hace un mes vivimos uno de los días más felices de nuestra vida en la Masia Torre del Gall… y todavía seguimos con una sonrisa cada vez que lo recordamos. No fue solo una boda preciosa, fue una experiencia inolvidable, llena de cariño, profesionalidad y detalles cuidados con muchísimo mimo desde el primer momento. Desde el principio nos sentimos escuchados, acompañados y en las mejores manos. Todo fue tan fácil y natural que aún nos cuesta creerlo. Pudimos hacer la boda tal y como la soñábamos, sin renunciar a nada, con total libertad y siempre con una actitud abierta por parte del equipo. Tenemos que hacer una mención especial a Anna, que fue mucho más que una organizadora: fue nuestro apoyo, nuestra calma, nuestra guía. Siempre atenta, cercana y resolutiva, supo entendernos desde el primer día. Anna vale oro. El día de la boda fue simplemente mágico. Cada rincón, cada detalle, la organización, el ambiente, la comida, el equipo… todo superó nuestras expectativas. Y lo mejor: nuestros invitados también lo sintieron así. Nos siguen diciendo lo especial que fue todo. Repetiríamos una y mil veces más en la Masia Torre del Gall. Porque además de ser un lugar precioso, hay un equipo humano detrás que lo hace todo posible. Gracias de corazón por regalarnos un día que nunca vamos a olvidar.

Todo muy bonito, es súper especial esa Masía, y los que trabajan todos muy atentos y todo perfecto..una boda bonita