Marcelle en Madrid

Un pequeño y acogedor restaurante regentado por una pareja franco-española. El servicio es excelente y todos los productos son de la mejor calidad. Comida casera en un ambiente acogedor. Muy recomendable si estás por la zona.

Descubrimos el restaurante por casualidad y todo estuvo fantástico. La comida es deliciosa, con sabores muy sofisticados. Todo es casero y los vinos son de pequeños productores. Los dueños también son muy amables. ¡Recomiendo probarlo porque la relación calidad-precio es realmente excelente! Muchas gracias.

Disfrutamos de una comida increíble en Marcelle. El ambiente es íntimo; se puede ver al chef preparando la comida. El servicio fue maravilloso; hablan español, inglés y francés. Sobre todo, la comida estaba DELICIOSA. Sin duda, volveremos cada vez que estemos en Madrid.

Una joya acogedora regentada por una pareja vasco-francesa (¿?, supongo) que trajo su cocina de pueblo a Madrid. Una eficiencia asombrosa: solo dos, pero cada detalle encaja a la perfección. El aperitivo de pescado en escabeche y, después, el plato de pescado con alcaparras y mostaza estaban estelares, todo casero. ¡Ay, de dónde sacan el tiempo! Un ritmo perfecto en su acogedor espacio de 20 plazas.

Increíble, la comida fue brillante, el servicio y el vino fantásticos, realmente merece la puntuación que tiene.

Una de las mejores comidas de mi vida, y a buen precio. El chef fue muy amable al explicarme exactamente qué era la comida, para que pudiera estar bien informado y tomar la decisión correcta con las opciones del menú. Pedí los cuatro tiempos y no podría haber estado más contento. Cada plato estaba exquisito. Esta experiencia es mejor que la de muchos restaurantes con estrellas Michelin. Ojalá viviera cerca; volvería una y otra vez.

¡Hola! El local es encantador y acogedor, como acogedora es la camarera (francesa casi seguro ;-)) que nos atendió. Respecto a la comida, pues nos gustaron mucho la mitad de los platos (el abadejo, muy bien hecho y la salsa muy rica, el tatin de tapenade, el helado -no el de chocolate-; las gildas-ceviche, con agradable saborcillo a pescado sin más; el magret de pato, bien hecho, aunque de sabor nos gustó menos; los calamares de potera, insulsos; y el aceite y el pan de acompañamiento, muy ricos). Bien, en general, aunque respecto a los platos, que es lo principal, baje un poco.

¡Qué experiencia tan increíble! Esperaba pagar cientos de chelines por persona por una comida tan buena. Creo que rotan el menú, pero tenían ceviche de sandía, que fue una locura.

Este es un excelente restaurante en el centro de Madrid, probablemente el mejor de los restaurantes manu que visitamos en cuatro ciudades diferentes de España. La comida es muy buena, al igual que el servicio, y los precios muy razonables. No es un menú extenso. Tenía la lubina, y estaba feliz con mi elección. No recuerdo lo que tenían mis dos primos, pero también estaban contentos con sus elecciones.

Fuimos por recomendación de un amigo de Madrid y ha sido todo un acierto. La presentación y la comida en sí una maravilla. El trato inmejorable. Se nota el esmero y el buen hacer de sus dueños. Volveremos.