Madalenas de Colores en Gijón

Productos originales y variados, todo artesanal y con una excelente atención al cliente

La comida como siempre riquísima, pero nos atendió por primera vez Carmen y tuvo un trato de 10! Super maja y atenta!! Así da gusto.

Venimos desde Valencia de vacaciones visitando Asturias. En la parada de Gijón decidimos parar a merendar y nos topamos con este sitio de casualidad. Nos llamó la atención la terraza y lo bonito que era el interior, por lo que decidimos merendar aquí. El ambiente un 10, pero lo mejor vino cuando nos atendieron. Vino una camarera espectacular; Carmen, una chica rubia con una forma de ser que encanta, majísima y super amable (se sabía la carta de memoria de pe a pa) y compartía nuestras bromas. A parte de la calidad del producto, sobre todo nos sorprendió que la nata montada es nada de verdad (y no de bote), nos resultó sorprendente que todo el producto que venden lo hacen allí a mano. Por lo que, recomiendo totalmente ir y probar cualquier producto porque la calidad está asegurada, y el precio super justo a la calidad/precio. Tomamos cuatro cafés, un gofre y un crep: 22€

Hemos ido varias veces. La espera es normal, depende del aforo del momento, aunque una vez estuvimos 30 min esperando y no había nadie. Todo lo que hemos tomado (granizados y gofres) estaban bien, nada espectacular. El local por adentro está muy decorado, aunque necesita algo de limpieza en algunas zonas. Eso sí, el personal es amable y atienden bien.

Muy agradables el servicio y atentos, y el té Macha y todo un acierto !! 👌

Un lugar ideal para darse un capricho. Se nota que los productos son caseros, de alta calidad y deliciosos. Los gofres son perfectos, los cupcakes también son excelentes, incluso las granitas. Además, el personal es muy amable.

Sitio muy agradable cookies muy ricas y nos entendió una chica llamada Alicia súper sirvicial.

Las mejores tortitas que he probado nunca 😋 delicioso todo

Un sitio genial para hacer una parada en el centro de Gijón tranquilo y agradable. Un mención especial a Juan, el camarero que me ha atendido... Genial!!

El brunch —ese potente desayuno tardío, muy común en algunos países anglófonos— es una relajada costumbre para los fines de semana o días festivos o bien durante las vacaciones. Levantarse tarde y sin apuros, ponerse el chándal (dejaremos la taxativa ducha para el regreso) e ir bien acompañado a tomar un opíparo desayuno es sinónimo de calidad de vida. Ambientado con toques vintage cincuentosos, «Madalenas de Colores» (Gijón, Asturias) es un establecimiento que ofrece el brunch en un horario extendido (hasta las 16:00, muy adecuado para la idiosincrasia española). Fuimos mi esposa y yo y un par de entrañables amigos. Mi esposa pidió un sandwich de pan brioche, con jamón y queso ahumado, espinacas, salsa holandesa trufada y huevo poché. Todo ello venía acompañado de patatas de freiduría artesanas y de ensalada de brotes verdes, frutos secos, tomates asados al horno y vinagreta de miel y mostaza. Las otras personas pedimos baguels con espinacas, crema queso y jamón serrano, acompañado de ensalada de brotes verdes, frutos secos, tomates asados al horno y vinagreta de miel y mostaza. Yo, siempre fartón... siempre llambión, añadí a mi orden un café con leche, zumo de naranja y tarta de queso. ¡Muy recomendable!