Lucrecia cocina de mercado en Alcalá de Henares

Magnífica experiencia. La comida estupenda y Sandra se ocupó estupendamente de atendernos. Muy recomendable

Elegimos este restaurante porque éramos un grupo grande y el local es espacioso y con posibilidad de montar me das grandes. El servicio fue bastante ágil. Opciones de comida interesantes (aunque no todo lo tenían) y sabores logrados. Los platos en general buenos, quizá los chipirones de aguado al dente. Cuando el local se llena, muy bullicioso.

He ido hoy a comer con mi familia y la verdad que me ha sorprendido mucho el sitio, la comida estaba buenísima y la atención de los camareros ha sido excelente, de los mejores restaurantes de la zona, totalmente recomendado.

Buena comida y servicio. Muchas gracias

Nos ha gustado todo mucho: comida, servicio y ambiente (para nuestro gusto la música buena, pero un pelin alta)

Comida muy rica Ambiente bueno Volveremos

La comida muy buena, ha tardado todo muy poco en traerla, los camareros muy agradable Hemos comido muchas cosas de picoteo, a destacar las alcachofas exquisitas, las croquetas de jamón y las migas El arroz con bogavante muy bien hecho, sabroso y buena ración, con la de dos comen un buen plato tres Y de segundo rico el bacalao, un buen cachopo y deliciosos los tacos de ternera con coñac y perro a baja temperatura Nos han invitado a los chupitos del final Y nos han permitido llevar la tarta, un detallazo La única pega es que la mesa estaba muy en el fondo un poco encerrados , El sitio merece la pena, estupenda relación calidad precio Un gran descubrimiento y esperamos repetir visita

Todo el salón lleno está mañana y la atención e implicación de los camareros impecable. No entiendo las críticas negativas

Visitamos Lucrecia por casualidad, a pesar de ser todo un clásico en Alcalá de Henares, al nivel de otros míticos como El Nino. Ya habíamos oído hablar muchas veces de él, pero nunca habíamos entrado, y la verdad es que nos llevamos una grata sorpresa. Empezamos probando sus legendarios champiñones, que ya son todo un emblema del local, y no defraudaron en absoluto: sabrosos, bien cocinados y con ese puntito de ajo y aceite que los hace adictivos. Después nos animamos con la tostada de oreja, un plato que nos recordó a los famosos “Minutejos”, pero con su propio estilo. Nos sorprendió para bien: la oreja estaba tierna, bien hecha y con un sabor que engancha. Si tuviera que ponerle una pega, sería que le añadiría un toque de salsa brava bien picante, para elevar aún más la experiencia y darle ese contraste que tanto gusta. En resumen, 100% recomendado si estás por el centro de Alcalá y te apetece tomar algo con carácter, buena materia prima y precios razonables. El ambiente es castizo, el trato cercano y se nota que es uno de esos sitios con alma, donde cada tapa tiene historia. Volveremos sin duda para seguir descubriendo más de su carta.

Muy buena atención de la gente que trabaja aquí, la comida buenísima. Lo recomiendo sin duda.