19/10/2025: Hay contradicciones curiosas. El restaurante que anuncia en su carta que un plato X, llamémosle rabo de toro, fue elegido plato Michelin en 2020, y a día de hoy el restaurante está fuera de la guía francesa. ¿Añoranza?
La Marquesita , ubicada en la serena plaza Alcolea, antes conocida en Cartagena como la de los Carros, ha ampliado su estructura. De ser restaurante con una capacidad determinada y muy controlable, hoy llega a dar 300 pax por servicio, con el consiguiente movimiento que hace que se aleje de aquella imagen que un día tuvo la guía gala.
Comenta la propietaria que es muy distinta la Marquesita a mediodía que en el servicio de cenas, y no sabe el cliente si en ese momento levantarse y volver horas después. Porque uno piensa que los espacios que se dedican a dar de comer, atender y hacer felices a los clientes lo deberían hacer siempre igual. Ya sea mediodía, ya sea en la noche.
La propuesta estética de la terraza del restaurante es muy cuidada y agradable, rodeadas las mesas de hermosas plantas que aíslan aún más de una ciudad que crece y cada vez tiene mayor número de turismo que la disfruta. Mantel blanco y buena vajilla, copas de Stölzle. Siempre ha tenido gusto la casa por sus vajillas y su cubertería, bien asesorada por ese faro hostelero que es José Díaz, emblema del buen hacer.
Ofrece una carta correcta, a la que une propuestas del día en hoja a parte. Precios correctos.
Pan industrial que merecería ser transformado en algo más artesano, aunque claro, aquí los números hacen que se haya decantado la hostelería hacia la practicidad.
La ensalada de higos, grande y generosa, carece de sorpresas y guiños en el aliñado, quedando plana y falta de punch que la hagan memorable.
El cogote de denton está muy bien horneado, rico de sabor y muy generoso. La pega viene en un acompañamiento triste, y que como comprobaremos con la carne luego es repetitivo. Patatas y pimientos del padrón.
La carne , entrecorte madurado 90 día, es sabrosa. Aquí las patatas son hervidas, no fritas como en el pescado.
Un frío queso manchego cierra el menú.
La carta de vinos comienza por los tintos y sigue con los blancos. Algo confusa y con encabezamientos de zona muy difíciles de leer. Cuanto mal hace el mal diseño. Precios que duplican, por lo general, el coste en origen de una botella de vino. Ultreia (28€) y Valtosca (34€).
Servicio que precipita la salida de algún plato y deja descolgada el equilibrio entre bebida y comida.
Pese a ello el ritmo de comida es correcto, y hay preocupación por como se siente el cliente.
¿Qué ha ganado y qué ha perdido la Marquesita? Evidentemente ha ganado una economía que le coloca en la lista de restaurantes correctos, pero con un alma vendida a los números más que a la cocina que emociona. Buen producto, buen ejecución, pero demasiado previsible todo.
Hay veces que ampliar, ganar más, es una resta que nos hace prescindibles.
19/10/2025: La última vez que estuve no estuvieron finos. Tardó mucho la cocina. Se olvidaron bebidas. Daba la impresión de que había más mesas de las que se podían atender correctamente. Los platos solamente estaban "bien" y se sirvió a algunos comensales mucho mas tarde que a otros. Baja con respecto a otras ocasiones.