26/03/2025: A pocos kilómetros de la soleada Córdoba se encuentra un lugar que merece mucha más atención: Ategua, una ciudad antigua con una historia que se remonta a la Edad del Bronce. Hoy, sin embargo, hay silencio. Ategua está cerrada al público, por lo que su glorioso pasado queda escondido detrás de una valla, fuera de la vista y el interés.
Ategua experimentó la mayor fama en el 45 a.C. norte. l., cuando se encontró en el centro de uno de los episodios más fundamentales de la historia romana: la guerra civil entre Cayo Julio César y Pompeyo el Grande. Tras la muerte de Julio César, Ategua y su nombre suelen pasarse por alto, pero fue aquí donde tuvo lugar uno de los últimos grandes asedios de esta guerra.
La ciudad estaba entonces del lado de Pompeyo, concretamente de su hijo Cneo Pompeyo, que intentó restaurar el poder perdido tras la muerte de su padre. César, que en aquel momento intentaba consolidar definitivamente su supremacía sobre Hispania, se acercó a Ategue e inició un severo asedio, que él mismo describió en su obra Commentarii de Bello Hispaniensi. Ategua fue rodeada de murallas, César cortó el acceso al agua y sistemáticamente hizo pasar hambre a la ciudad hasta que finalmente se rindió.
Esta victoria fue un paso clave en la victoria de César en la batalla de Mundus, que siguió poco después y esencialmente puso fin a la guerra. Ategua se convirtió así en un punto estratégico en la historia de la República Romana y, sin embargo, hoy permanece abandonado y casi olvidado.
Según los informes, en el lugar se descubrieron restos de murallas, casas, cisternas, monedas, cerámica y cementerios romanos. La ciudad muestra signos de asentamiento continuo desde la Edad del Bronce pasando por el período Ibérico hasta la Antigüedad Tardía. El potencial arqueológico del sitio es enorme, pero debido al acceso limitado y la falta de infraestructura, permanece oculto al público y a la industria turística.
Para los amantes de la historia, visitar Ateguay hoy en día es una experiencia bastante frustrante. No hay centro de visitantes, ni señalización, ni tours organizados. Simplemente un paisaje tranquilo que alguna vez fue escenario de una historia sangrienta. Y, sobre todo, la entrada está oficialmente prohibida, por lo que los visitantes sólo pueden contemplar el lugar desde lejos.
Ategua es un ejemplo de libro de texto de cómo una joya histórica puede pasarse por alto y tal vez algún día redescubrirse. Si alguna vez se abre al público, tiene el potencial de convertirse en uno de los sitios más interesantes de Andalucía para cualquier persona interesada en la antigüedad y la historia romana.