Las Rehoyas en Sevilla

He probado cuatro o cinco bares en Sevilla y este es uno de los más acogedores y con mejor comida del barrio. Lo recomiendo al 100%.

Otro sitio para repetir una y otra vez porque no te cansas de recorrer la carta que proponen.

Julián es súper amable y siempre que vamos nos trata muy bien. La comida está muy rica, recomiendo el pastel de calabacín. El provolone esta bueno pero es caro para lo que es. Pero en general la comida está muy rica. Estamos muy contentas

Somos clientes habituales de este bar desde hace mucho tiempo. Nos gustan sus tapas, el ambiente y la atención del personal. Pero como pienso que toda crítica puede ser constructiva, esta vez me voy a permitir resaltar dos fallos a mi juicio importantes, porque un bar no es solo comida y servicio, hay más factores no menos importantes. Para quien no lo conozca este bar cuenta con terraza y un salón interior donde la mayoría de las mesas son altas con taburetes altos. Pues, sobre todo con el buen tiempo, la terraza se llena y los clientes q solo quieren beber cerveza sacan los taburetes a la calle para no estar de pie. Consecuencia: cuando llegamos clientes que lo que buscamos es cenar tranquilamente en el salón nos encontramos con un panorama desolador todas las mesas o casi todas están vacías pq no tienen taburetes, o sea o cenas de pie o te marchas, pq parece q interesa más contentar a los q solo van a beber en la calle, será pq dejan más dinero, q a los q van a beber y pedir tapas o raciones. Este sería el primer fallo a q me refería. El segundo es el estado de los aseos, al menos el de caballeros que es lo q yo uso: la puerta no cierra, ya no es q no tenga cerrojo de seguridad es q no tiene el pestillo q se acciona con la manivela, así q toca hacer acrobacia para sujetar la puerta con un pie mientras lo usas, llega la hora de usar el papel, no hay dosificador ni nada q se le parezca, un rollo encima del lavabo a cierta distancia sin ninguna protección q habrán cogido los usuarios anteriores en un momento donde la higiene de sus manos es más q dudosa y las bacterias pasaran a sus anchas de unos a otros, llega la hora de tirar de la cisterna, segunda acrobacia, no hay pulsador, hay un hueco y al fondo se ve el pulsador, tienes q introducir los dedos hasta la tercer falange para poder llegar a pulsar, por último acudes al lavabo, no hay jabón, gel ni nada q se la parezca, y por supuesto nada para secarse las manos, ya no un secador eléctrico , sino simplemente un dosificador de papel, o hay q secarse las manos con el mismo papel higiénico que ya se ha usado anteriormente, que ya más bien sería papel antihigiénico. Una lástima, un bar con el nivel de negocio q tiene, q reportará buenos beneficios no invierta 50 o 100 euros en adecentar los aseos, no necesita más. un pestillo, reparar la cisterna, dosificadores de papel en wáter y lavabos y dosificador de jabón. Y si tienes un salón con mesas con una amplia carta para tapear, permite q los clientes q quieran tapeen o cenen, no los dejes de pie por contentar grupitos q solo vienen a tomar cerveza, ellos pueden beber de pie lo de cenar de pie , con platos y cubiertos es un poco "más complicado". Espero les ayude a mejorar, nos encantaría seguir visitándoles y recomendándoles. Un saludo

“Patatas bravas” con ketchup y mayonesa. Camareras atentas y lugar agradable

Sitio normal pero es muy económico

Desayuno, aperitivo, comida, cena, a la hora que sea. Son muy profesionales y la calidad/precio es buenísima. Son los mismos que Las Palmas (al lado) y son los dos súper recomendables

El bar está bien pero tampoco es nada memorable, las tapas son pequeñas y tampoco es que sean una exquisitez por lo que quieras regresar, está bien el ambiente, la atención estuvo buena pero es todo

Bien para tapar en su terraza por la noche. Cerveza fría y rica. Personal atento y agradable. Algunas tapas un poco cortinas de cantidad, pero bien en calidad.

Un típico bar andaluz. Éramos tres personas y pedimos pulpo al vinagre, croquetas y huevos con miel. Todo estaba riquísimo, buenísimo. El pulpo estaba un poco duro, pero nada desagradable. Salimos satisfechos.