Lambel Restaurante en Sevilla

Desde el primer momento, la experiencia en este restaurante fue simplemente inolvidable. La atención del personal fue impecable: amables, atentos y siempre con una sonrisa, haciendo que nos sintiéramos como en casa. La comida fue el verdadero protagonista de la noche. Cada plato llegó a la mesa como una auténtica obra de arte. El producto, de una calidad excepcional, se notaba en cada bocado: sabores potentes, combinaciones creativas y una presentación espectacular. Probamos varias especialidades de la casa y cada una superaba la anterior. Sin duda, el chef sabe lo que hace, respetando la tradición andaluza pero aportando un toque moderno que enamora. La bebida estuvo a la altura: una carta de vinos excelente, muy bien seleccionada y con opciones tanto locales como nacionales. Nos recomendaron un maridaje perfecto que realzó aún más cada plato. Además, los cócteles artesanales fueron un gran acierto para terminar la velada. El ambiente del restaurante era elegante pero sin perder la calidez, con una decoración cuidada que invitaba a relajarse y disfrutar. Cada detalle, desde la vajilla hasta la música de fondo, estaba pensado para ofrecer una experiencia de diez. En resumen: un sitio imprescindible en Sevilla para quienes busquen gastronomía de alta calidad, un servicio sobresaliente y una experiencia completa. ¡Volveremos sin duda alguna!

Cocina espectacular. Variedad que mezcla innovación y tradición. Suelo ir y nunca defrauda. La cerveza en vaso helado no la he probado igual en ningún sitio. Aconsejo el Wellington rabo de toro. Curiosamente algo tan normal como un burrito, ellos los convierten en una delicia inigualable.

La comida fue genial y el trato estupendo. Susana te amo

Espectacular preguntar por marta.

Fui a comer con mi hija el 5 de abril. Comimos 3 tapas, una ración y un postre. Las patatas bravas, de las que se me pasó hacerles una foto, estaban muy buenas. El rissoto de setas, muy rico, era un producto fuera de carta. Los finguer de pollo con ese toque picante, estaban muy ricos, lo único que no probé la salsa agridulce que acompañan, pero estaban deliciosos con ese toque que tienen. Las croquetas, estaban muy buenas y me gustó como se fundían en la boca. La tarta de queso, estaba tremenda, me encantó. En cuanto al local, pequeño pero acogedor. Nos quedamos en la terraza porque hacía buena y, a destacar, aparte de la profesionalidad del camarero y de su dueña, la limpieza, que invita a acudir a un establecimiento. Mis mejores deseos.

Buena atención y comida muy buena y original. Precios buenos

Todo aquello que pedimos estaba riquísimo. Empezamos con unas papas bravas, seguido de huevos rotos con gambones y wok de pollo y verduras. De postre, una torrija de pan brioche con helado. Una atención muy agradable por parte de Marta y su camarero. Felicitamos a todo el equipo por su gran trabajo.

Super recomendable!! Comida riquisima, y trato excelente. De lo mejor de la zona con diferencia

Muy buena experiencia, recomendable y muy amable el servicio.

Muy buen servicio y muy amables, la comida estaba muy buena