La Vermuteria - La Fabulosa en Pontevedra

Buena comida, trato regular. Pedí agua del grifo y me la trajeron de mala gana y caliente. También pedimos unas cañas y tuve que reclamar las tapas cuando vi que se las ponían a todos los clientes menos a nosotros.

Súper bien, muy amables, todo bien y las tapas increíbles y el ambiente es chulo.

Buen sitio para comer y bien de precio.

Estupendo sitio con ricas tapas!

Un sitio muy agradable donde tomar algo.Tapas muy buenas.

Si te gusta el Vermut, ¡deja de leer y ve allí ahora! ¿Aún tienes curiosidad? Muy bien, aquí está la primicia: Llegamos y todas las mesas estaban ocupadas. Había uno adentro, pero mi princesa interior insistió: "¡No, afuera!" Entonces esperamos. Cuando finalmente se liberó una mesa, comencé a caminar hacia ella cuando una señora mayor (pero muy enérgica) irrumpió y se sentó. Me disculpé y le expliqué que estaba esperando una mesa. Ella respondió: "Qué pena que hayas sido demasiado lento". Cuando estaba a punto de rendirme, la señora que trabaja allí se acercó corriendo y me dejó claro: "Lo siento, no es así como lo hacemos aquí. Por favor, únete a la cola". Luego nos sentó a la mesa. ¡Guau! ¿Cómo es posible que después de eso no te sientas bienvenido aquí? El Vermú era exuberante (como era de esperar, de lo contrario no nombrarían el lugar La Vermuteria), las tapas deliciosas y el personal... lucha por ti. ¿Qué más podrías querer? Pues un postre y un café. Así que nos quedamos, pero lo que haríamos estaba tan claro como... el vermú blanco. ¿Entonces que estas esperando? 😉

Vinimos aquí a tomar un vermú durante nuestro viaje por Pontevedra; La cerveza era tan buena como la de 1906, pero mi compañera no se terminó el vermú porque es muy específica al respecto. Nos pusieron chistorra como tapa con las bebidas, pero teníamos hambre así que decidí pedir unas empanadas y os cuento: esta es la mejor empanada que he probado en todo nuestro viaje por Galicia, y la tercera mejor que he probado en mi vida, sólo por detrás de El Club de la Empanada de Barcelona y del que hacía mi abuela.

Lo vimos desde fuera y nos pareció curioso. Pero lo más curioso fue su interior. Entramos a tomar una cerveza, y acabamos con una de pulpo (de los mejores que he probado) y con una de zamburiñas (también increíble). El servicio, la amabilidad y la profesionalidad fue de lo mejor. El bizcocho final, fue un toque dulce muy atractivo.