La Trattoria del Lupo en Galende

Un sitio peculiar. Restaurante ubicado en el bajo de una casa unifamiliar, dentro de su propiedad. El dueño, italiano, te canta la carta (o la verificas tú por internet) y eliges pero sin saber los precios de nada. Probamos tres platos que estaban ricos pero no para el precio que tuvimos que pagar: - 19€ por una focaccia acompañada salsa pizzaiola. - 15'5€ por unos raviolis (esto podría pasar...) - 14'5€ por unos espaguetis con atún de lata (supuestamente bonito de Santoña) y limón. Ojo, un descubrimiento, pero creo que no puedes cobrar eso por un plato que te sale a ti a 2€... - 6'5€ por una porción muy pequeña de tiramisú. Total, 78€. Resumiendo, si no te importa pagar por encima del precio real, avanti, pero para mí está sobrevalorado.

Bueno la puntuación habla por si sola. Un lugar encantador, es como si entrases a tu casa de campo. Está un poco difícil de encontrar pero merece la pena la búsqueda. La comida de muy buena calidad y a muy buen precio. Todo cuidado al detalle. El dueño, que ejerce las veces de camarero un "tipo" peculiar, se conoce la carta al dedillo y la historia de los platos así como la zona de su procedencia. Tiene muchos detalles con los clientes de invitar a degustar diferentes platos. Pero a pesar de todo lo dicho anteriormente, me quedo con la capacidad de este señor para interpretar el tipo de clientes que tiene delante. Nosotros éramos un grupo de seis y supo como tratar de manera correcta a cada uno de nosotros, según el yo era el serio jejeje. Un gran profesional este señor, solo puedo decir cosas buenas la verdad. Sin duda lo recomiendo.

Ha sido una gran experiencia gastronómica. La calidad de las pastas y salsas ha sido espectacular con el trato y la amabilidad del personal. Cien por cien recomendado

La situación es preciosa, la comida excelente y el trato aún mejor. Gracias por hacer tan dulces nuestras comidas en verano.

Apoyo absolutamente todas las reseñas positivas que he leído acerca de este establecimiento. La comida... Espectacular. La atención del dueño y su mujer... Única. El lugar, el ambiente... Mágico. Me queda añadir a todo lo expuesto en las demás opiniones, que nuestra vivencia en la Trattoria fue mucho más allá de un rato agradable en la comida. Y digo esto porque además de comer y beber como pocas veces lo hemos hecho en un italiano, tuvimos el lujo de poder compartir una charla profunda y sincera con el dueño del establecimiento acerca de temas que solo quedaron entre él y nosotros, pero que puedo afirmar que nos convirtieron en amigos. En golondrinas. Golondrinas que sin duda volverán a un lugar más que recomendable. Ojalá incluso, ocupando una silla detrás de un escritorio de maestra.

Hemos comido todos muy bien! (Incluido el peregrino ☺️) Comida italiana casera. Buenas recomendaciones y explicaciones de cada plato, por parte del dueño. Ubicación agradable, al lado del río y con unos gatetes muy simpáticos. Gracias. Y también por las moras!!

Muy buena cocina italiana con toques locales. Atención personalizada. Un sitio excelente para una cena para finalizar unas vacaciones en el lago de Sanabria. Para volver.

Cenamos hace 5 años,fue sensacional y hemos vuelto a repetir con comida para seis y cena, sigue igual sin fallar,todo estupendo y Alex y su mujer encantadores.Volveremos!!!!

Sitio muy recomendable, trato muy especial por parte del dueño del negocio, muy buenas recomendaciones por su parte, repetiremos. La calidad de la comida es exquisita, todos los platos que tienen en la carta son explicados de una manera muy didáctica y profesional. Nos invitó después del postre a un chupito de limoncello con un bombón, pequeños detalles que marcan la diferencia. El entorno de la casa es inmejorable, pradera con vistas al río Tera, en el entorno del Parque Natural Lago de Sanabria.

Un sitio increíble y muy peculiar. Su dueño Darío un genio. Lo pasamos increíble compartiendo su historia.Mi padre con 94 años que iba reacio se fue encantado y volvera para fumarse un puro con Darío. La pasta fresca increíble! La mejor que he tomado nunca, la carne de aliste exquisita , la ensalada de burrata deliciosa. En fin un sitio para volver. Solo no recomiendo ir con niños ya q el salón es pequeño con 4 mesas y se molestaria mucho. Es un sitio para ir con calma y paz