Aquí tienes que llegar con un hambre voraz porque no te dan caramelos…
Desde el primer momento en que entras en La Tabernita, te envuelve una mezcla deliciosa de olores a parrilla, carne curada y brasas bien cuidadas. Un ambiente que transmite buen gusto, profesionalidad y satisfacción tanto por parte del personal como de quienes venimos a disfrutar. Una combinación poco habitual, especialmente en un entorno industrial como el del polígono, pero que aquí logran transformar en una experiencia acogedora y sorprendente.
Accesibilidad:
La entrada principal cuenta con un pequeño escalón, y la rampa se encuentra en el interior del local, permitiendo acceder con mayor comodidad a la zona de las mesas. Sin embargo, el acceso al aseo es prácticamente imposible para personas con movilidad reducida , un punto importante a tener en cuenta y claramente mejorable.
La experiencia carnívora:
Si vienes aquí, vienes a comer carne. Y no cualquier carne. Nosotros pedimos la carne poco hecha, pero nos ofrecieron la opción de, una vez servida en la mesa, seleccionar algunos trozos para que los pasaran un poco más por la parrilla si alguien lo prefería. Un camarero se encarga de recogerlos y traerlos al punto exacto que prefieras. Este detalle no solo es práctico, sino que convierte tu comida en parte del espectáculo. Añadir que el cocinero incluso salió dos veces a preguntar si todo estaba a nuestro gusto, un gesto que se agradece y que habla del nivel de atención.
Entrantes:
Pedimos anchoas y espárragos. Las anchoas fueron un acierto total: delicadas, suaves y con un sabor auténtico. Los espárragos, por su parte, sorprendieron gratamente: iban cubiertos con queso y una pizca de sal (creemos que sal negra), que les daba un contraste y un sabor exquisitos. Una combinación sencilla, pero muy bien lograda.
Carta de vinos:
Amplia, variada, bien seleccionada. Hay opciones para todos los gustos y bolsillos. Se nota que han cuidado este apartado.
Ambiente:
El local está sorprendentemente bien insonorizado del exterior. Aunque esté situado en un polígono, una vez dentro, gracias a la decoración con plantas y el ambiente cálido, te olvidas completamente de dónde estás. La temperatura era perfecta, aunque eso sí: te llevas el aroma a parrilla contigo, que si te gusta la carne, no te molestará en absoluto. Es más, será uno de los mejores recuerdos.
Distribución del espacio:
El aforo es de 56 personas. Las mesas están dispuestas con una separación más que correcta; no te sientes ni apretado ni invadido por otras conversaciones. Es un espacio cómodo y bien distribuido.
Reservas y atención:
Nuestra reserva estaba hecha con unos 4 días de antelación. Al llegar, vimos cómo algunas personas intentaron conseguir mesa justo a la hora de apertura y no fue posible. Recomendación clara: reserva con antelación si no quieres quedarte fuera. La atención fue cercana, profesional y muy atenta.
Idiomas:
El personal habla inglés perfectamente, lo cual es muy útil si vas acompañado de personas extranjeras.
Parking:
El aparcamiento es razonablemente fácil, teniendo en cuenta la ubicación del local. No olvidemos que estamos en un polígono industrial, pero dentro de lo que cabe, está bien resuelto.
Conclusión:
La Tabernita no es solo un restaurante, es una experiencia gastronómica centrada en el respeto por la buena carne. Aquí, tus sentidos quedan en segundo plano cuando empiezas a degustar. A pesar de pequeños puntos mejorables (como la accesibilidad al aseo), la experiencia general es más que satisfactoria. Eso sí: ven con hambre voraz. Aquí no hay caramelos. Aquí hay carne, y de la buena.
M.Rosa Menendez
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12 Julio 2025
10,0
Si te gusta la carne, aquí encontrarás un producto excepcional. Para dos (184,00€): cogollo brasa (bueno), chuletón (muy muy bueno) con patatas fritas (muy buenas), torrija (original y buena) y botella de cava. Buen servicio. Sin duda, para repetir y recomendar.
Espectacular, no tiene otra palabra para describirlos, si quieres comerte un buen trozo de carne, este es tu sitio!
natalia nicolau alonso
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06 Abril 2025
10,0
Estoy aquí sentada, la mejor carne de mi vida. La única pega que no hay pan sin gluten y no puedo comer ningún postre, pero lo perdono. He disfrutado a tope, muy muy bueno . Lo recomiendo a tope.
Teresa Hernández
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25 Marzo 2025
10,0