La Posada Blanca en Gijón

Comimos BIEN, micho mejor de lo esperado. Resultó un hallazgo y volveremos. Lo recomendamos. Estábamos por "La Providencia" y llegamos sin conocerlo gracias a GoogleMaps.

Comida espectacular, completamente casera y tradicional asturiana. Tienen menú compuesto de 3 platos + postre + pan y bebida, todo para una persona a muy buen precio!! También tienen carta. Nos trataron genial y el local es acogedor, fuimos en Navidad y lo tenían decorado muy bonito.

El lugar tranquilo, bonito y familiar. La comida buenísima, varias opciones y mucha cantidad. Destacamos el trato de Miguel, que estuvo muy pendiente desde el primer momento y ha hecho que nuestra experiencia sea destacable.

Miguel nos atendió estupendamente y la comida superó con creces nuestras expectativas. Recomendamos la fabada, la sopa de marisco y la tarta de queso. Nos hemos sentido muy cómodos con el ambiente exterior. Relación calidad-precio excepcional.

Comida estilo casero, abundante y rica. Segunda vez que vamos y segunda que quedamos satisfechos. Repetiremos.

Por recomendación reservé una mesa para comer. En sitios donde tienen menú del día me gusta probar su cocina con ese menú, y si me satisface, vuelvo en posterior ocasión ya a pedir de carta. Lo primero me gustaría destacar la ubicación, que es muy agradable, soleada y tranquila. En segundo lugar, el servicio me pareció correcto y bastante efectivo, sobre todo cuando se llenó el local a la hora del almuerzo. Con todo y con ello, la comida fue nefasta. Pedí de entrante el pastel de bonito, de primero unos garbanzos con langostinos y de segundo la chopa a la sidra. El pastel, bueno, no tenía mucho sabor, pasable, pero los garbanzos estaban duros y los langostinos estaban sin limpiar con lo cual acababas mascando arenilla todo el rato, aunque el sabor del caldo fuera bueno, no estaría mal que escogieran mejor el producto, estos garbanzos estaban como un canto. En cuanto a la chopa, pensé que sería una pieza de ración pero resultó ser una rodaja de pescado con aroma de poco frescor, posiblemente congelado y una salsa ni fu ni fa, que de sidra no tenía nada, de este segundo plato ni las patatas panadera estaban buenas y ahí quedaron en el plato. Mención aparte el postre, un trozo de tarta de la abuela, que si bien la nata montada a presión quedaba bonita en el plato, su horrendo sabor desmerecía el trocito de postre, el cual tenía el tamaño justo para disfrutarlo, estaba bien sabroso y no excesivamente dulce. De todos modos, no entiendo tantas recomendaciones, porque realmente viendo las raciones, mejor sería reducir su tamaño y mejorar la calidad del producto, sino, no deja de ser un sitio tirando a comida de batalla.

Un servicio y un ambiente estupendo. Las zamburiñas son increíbles, la empanada casera tremenda... Todo lo que queráis comer aquí es impresionante

Comida buena y abundante y precio razonable,el camarero de la terraza que nos tocó de 10, rápido, amable y efectivo.

Todo muy bueno . Tomé un caldo de marisco con pinchos de tortilla.

Un buen sitio para ir a comer o simplemente tomar algo.