Voy de vez en cuando y siempre solía tener una oveja negra en su equipo de camareros. Hemos ido unos 25 a celebrar un cumpleaños y desde la encargada, camareros hasta los cocineros que nos guardaban la tarta impecable.
El restaurante esta decorado con buen gusto y moderno, cada mesa tiene su espacio perfecto para comer o cenar y que no estés oreja con oreja con la mesas cercanas.
Fuimos cenar un menú de cumpleaños que desconozco el precio, pero eso sí, las dos veces han sido con mucha cantidad, calidad y además muy bueno. Un pequeño fallo es que ya que el menú está pagado y algunos tienen bodega de vinos propia, que nos dejarán descorchar alguna botella. Menos gasto para ellos de su vino y el otro que no llega la cobertura a la zona inferior del restaurante al igual que el wifi, una buena opción para dejar los móviles y conversar pero fastidioso cuando estás pendiente de alguna llamada importante mensaje.
Por lo general todo muy bien quitando esas dos cosas.
Dar las gracias a la camarera que estuvo toda la noche con nosotros que entre tanto subir y bajar escaleras para que no nos faltará de nada se hizo unos cuantos "kilómetros"
Menú:
Croquetas de jamón y chipiron... Cremosas las primeras y las de chipirón en su tinta está vez más estoposo.
Torpedo de langostino... Tamaño perfecto y un sabor diferente pero correcto.
Ensaladilla rusa... Muy buena
Pan Bao con calamar... Mucho pan para tal vez un solo calamar pero hasta el pan solo estaba bueno.
Tostada Con queso, generosa.
Falso risoto... Buenísimo, sin palabras.
Brocheta de carne... Muy seca, la brocheta es gigante para ser el último pincho y sobraron casi todas. Si fueran algo más pequeñas y jugosas triunfaría.
Dos postres... Tiramisú ( no lo probé ) muss de tarta de queso que me comí tres, sobra decir más.
DEJO FOTOS QUE SIEMPRE ENTRA MEJOR POR LA VISTA LA OPINION