La Pecera en Madrid

Empiezo por decir que había estado en la terraza varias veces, pero nunca dio lugar a comer en la Pecera Hoy fui a comer invitada por una socia y decir que el lugar es elegante, agradable y estas inmersa entre unas obras de arte, escultura y pintura. Hay un menú diario a elegir entre tres primero y tres segundos, con pan, bebida y postre o café. La comida bien presentada, sin grasa, aunque no muy abundante para alguien de buen comer. Para mi más que suficiente, y buena relación precio calidad. Me dijeron que estaba abierto los 365 días del año lo que sin duda es una ventaja. La mesa que ocupamos daba directamente a la calle de Alcalá. Tiene también terraza, pero hoy como llovía lo lógico era comer dentro. Es verdad que no son rápidos en servir, pero yo lo agradezco porque voy sin prisa a disfrutar de la comida y del lugar. Dicho lo anterior pienso repetir porque el ambiente es acogedor y estuve muy a gusto. Conviene reservar

Buen menú de fin de semana por 27,50 €. Además, atendidos por un personal muy diligente, y con un comedor francamente bonito.

¡Estoy sentado en el patio de la acera de La Pecera y no podría estar más feliz con mi elección! Este lugar es una verdadera joya en Madrid, especialmente si eres fanático de los postres únicos. El helado de taiyaki es tan delicioso como digno de Instagram: el cono en forma de pez es perfectamente crujiente por fuera y suave por dentro, y los sabores suaves son súper cremosos. Probé [inserta tu sabor aquí, por ejemplo, remolino de matcha y vainilla] con [tus aderezos] y fue fantástico. El personal es amable y paciente y estará encantado de explicarle las diferentes opciones si no está seguro de qué comprar. Los asientos del patio son ideales para observar a la gente pasar y disfrutar del ambiente de la ciudad. Todo parece fresco y divertido, desde la decoración hasta el menú creativo. Si estás en Madrid y quieres un dulce un poco fuera de lo común, La Pecera es una visita obligada. ¡Muy recomendable!

Excelente lugar para tomar bebidas y comer. Los precios son realmente buenos y todo ello en un ambiente clásico.

Las propuestas de menú diario están muy bien para el lugar donde es, tres primeros y segundos a elegir con pan, bebida y postre o café por poco más de diecisiete euros. Lo peor es que cuando está lleno el ruido está cercano a lo insoportable. Se oye muchísimo el ruido y la charla de las distintas mesas. Lo mejor el lugar, el salón es precioso.

Lugar emblemático de Madrid. Estuvimos para tomar algo en la noche tarde, uno de los pocos lugares abiertos para tomar café

Trajeron tarde la bebida y el pan (un trozo minúsculo) hubo que pedirlo.No tenían un plato del menú y lo sustituyeron por espaguettis,un poco escasos de cantidad. El cocido estaba mejor. La atención buena, pero me da la impresión de que falta personal.El sitio es elegante y bonito

Samir siempre está muy atento al sus clientes , ojalá todos los lugares tuvieran personal así muchas gracias por tu atención y la de carlos volveré aeguro ✨

La cafetería es muy bonita visualmente, muy clásica con arte, techos altos, etc. El servicio es bastante lento, ya que hay poca gente atendiendo el tamaño de la sala... ¡No pueden soportarlo! Sobre la comida, las porciones son pequeñas y la calidad de las cosas es más bien media, nada espectacular. Pedimos un brunch ligero y venía con café con leche, 200ml de zumo de naranja, 2 lonchas finas de salmón ahumado, media tostada de pan, 3 mini lonchas de queso fresco, tres lonchas finas de aguacate, yogur y 5 lonchas finas de kiwi, 13,50€. Este precio en otros lugares (de la región incluida) te da cosas mucho más ricas. Un café suelto cuesta 2,50€, quizá es todo lo que recomendamos, entrar y vivir la experiencia porque el lugar es precioso.

Nos atendió Elena, nos encantó su trato y su amabilidad, nos aconsejó muy bien con el vino nos trajo justo el que queríamos. Nos sentaron justo en el centro al lado de la escultura preciosa, comiendo bajo un techado que parecía la bóveda de una iglesia, con una gran medusa de diamantes. Comida deliciosa, pedimos entre otros platos de la carta, arroz negro, una maravilla, y el postre árabe para chuparse los dedos. Buena relación calidad precio, pagamos unos 63€ dos personas. Lo recomiendo.