La Mafia Se Sienta a La Mesa - Plaza del Duque en Sevilla

Muy buena atención por parte de los camarero, la comida exquisita y sobre todo un trato excelente por parte de Yeray!!

Hemos salido encantados de La Magia de la Plaza del Duque. La comida es espectacular y el trato del personal, de diez. Recomiendo reservar con antelación: nosotros sí teníamos reserva, pero vimos a una pareja que entró antes sin reserva y tuvo que irse porque no había sitio. El local es cómodo y acogedor; las mesas y los asientos están muy bien. Lo único a mejorar es que nuestra mesa de dos estaba demasiado cerca de otra mesa de dos, tanto que prácticamente comimos al lado de la otra pareja. Aun así, la experiencia fue muy positiva. En cuanto a los platos, todos nos encantaron: El macarrón picante (no recuerdo el nombre exacto) está buenísimo. Se supone que es picante, pero apenas pica, y aun así tiene un sabor espectacular incluso para quienes no toleramos mucho el picante. El risotto de gorgonzola es una delicia si te gusta el queso con sabor intenso. El provolone con pistacho pesto está increíble. Y la tostada con burrata también la recomendamos. A nosotros se nos enfrió porque la dejamos para el segundo plato, pero sabemos que normalmente la sirven caliente y, aunque fría seguía estando muy rica, caliente seguro que está todavía mejor.

Riquísimo todo, los platos grandes, aconsejo compartir y la atención recibida por Edona ha sido un encanto, volveremos muy pronto

Todo muy rico. Lugar muy recomendado.

Comida súper rica y el trato de la camarera Edona impecable . Volveremos

Edona fue encantadora, nos atendió genial y disfrutamos mucho la comida gracias a ella .

Nos atendió Edona, muy buena profesional e agradable servicio!

Atencion impecable del personal en especial Edona por su atencion

La experiencia es muy buena ,la comida estaba espectacular de buena pidimos una pizza trufada ,tambien pedimos panes,un arroz con pigmentos verdes

Pedimos solomillo y lo pedimos"muy pasado". Lo traen crudo nivel matadero. Les pedimos que se lo lleven para que la pasen de nuevo. La vuelven a traer prácticamente igual de cruda. Con la inevitable incomodidad para los camareros, nos vemos obligados a pedirles que se la lleven una vez más.