La Mafia Se Sienta a La Mesa - Plaza del Duque en Sevilla

En mi primera experiencia en LaMafia, destacaría el servicio de la profesional que nos ha atendido, Magali. Buen trato, respetuoso y muy amable y simpática. Así da gusto cenar con la familia.

La chica que nos atendió, Magallanes, muy atenta y cariñosa.

Lo mejor del sitio la encargada que te atiende en la puerta, se esmera al máximo de que todo vaya bien el salón. Toda una profesional, enhorabuena.

Magnífica atención y la comida 100% recomendable, el servicio fantástico, sin duda para repetir

Todo absolutamente delicioso. El servicio muy profesional y atento.La decoración y ambiente formidables.

El servicio inmejorable, el trato de la señorita Edona ha sido excelente. Siempre pendiente y no solo de nuestra mesa, de todos las demás. Además la comida muy buena

Espectacular! Siempre que venimos a Sevilla tenemos la Mafia como una parada obligatoria porque absolutamente TODO está buenísimo. El trato es genial, te sientes atendido en todo momento, en nuestro caso nos atendió Edona y uno de sus compañeros (que no sabemos el nombre😥). La comida está muy buena y las cantidades también. Un 10/10

Genial Magaliz gracias por el servicio

Somos clientes asiduos de La Mafia, de hecho yo soy miembro del club "Pertutti," y está ha sido nuestra primera comida en el restaurante de la Plaza del Duque. He de decir que la experiencia fue un poco decepcionante más por la tardanza en servir el primer plato, nos invitaron a un aperitivo de focacia para mitigar la espera, que por la calidad de sus platos que fue excelente, como siempre. El local, en el que predominan los colores beige y marrón, es amplio, luminoso y distribuido en varios comedores, aposentándonos nosotros en uno interior y gracias a que reservamos previamente. Comenzamos nuestra comida con unos deliciosos corazones de alcachofa a la plancha, aromatizados con AOVE y espolvoreados con virutas de jamón iberico acompañados de grisines; continuamos con unos excelentes cuadrados de pasta fresca rellenos de perdiz aderezada con salsa de trufa y terminamos con un rico tiramisú con virutas de chocolate, cubierto con una crema pastelera de café. Bebimos agua, un spritz negroni y 2 cafés. Pagamos por esta comida 53,95 €, siendo el servicio amable pero no eficiente por la excesiva espera, la cual fue atribuida por los camareros a la cocina. A notar también que el restaurante estaba "que no cabía un alfiler".

Todo genial. Nos atendió Borja y fue muy amable y de buen rollo :) éramos bastantes y fueron rápidos a la hora de servir toda la comida