Fonda Sala en Olost

Haciendo una parada en Fonda Sala antes de llegar a Vic, encontramos un lugar que realmente sorprende y deleita. Este restaurante con estrella Michelin, situado en Olost, es una joya escondida que combina tradición y alta cocina en cada detalle. La propuesta culinaria es magnífica, con un menú del día que destaca por su calidad y creatividad, ideal para quienes buscan una excelente comida sin complicaciones. Además, en el salón principal, los comensales pueden optar por un menú degustación, una experiencia perfecta para sumergirse en los sabores y texturas que el chef ha perfeccionado con esmero. La carta de vinos es impresionante, con una variedad tan amplia y selecta que resulta difícil elegir; es el complemento perfecto para una experiencia gastronómica de alto nivel. Este es un lugar con mucha historia y una dedicación evidente en cada plato. En resumen, Fonda Sala es un rincón culinario que merece una visita por su ambiente acogedor y la atención al detalle en cada aspecto. Un destino perfecto para los amantes de la buena mesa, donde cada plato es sencillamente divino.

En medio del pueblo, frente a la iglesia. Muy buena cocina, con platos de siempre y vanguardia. Por volver a repetir, sin duda.

Atentos, saben lo que hacen y lo hacen muy bien. Yo he ido al restaurante

Unos platos muy buenos, y una atención por parte del servicio de 10, hacía tiempo que no íbamos, y siguen con la misma línea de cuidar y mimar al cliente. Felicidades

Fonda Sala es un restaurante que destaca por su excelencia culinaria y su acogedora atención. La tarta de pescado es sencillamente deliciosa, con una textura suave y un sabor bien equilibrado que te deja con ganas de repetir. El bacalao, cocinado en el punto perfecto, es otra joya del menú, demostrando el dominio de la cocina tradicional catalana. El servicio es atento y cálido, haciendo que la experiencia sea aún más placentera. Además, el precio es inmejorable por la calidad de los platos que ofrecen. La Estrella Michelin que han recibido es totalmente merecida y refleja el altísimo nivel de su cocina. Un sitio para volver una y otra vez.

Quería regalar a mi mujer por su cumpleaños, un almuerzo en un restaurante con estrella michelin y llamé una semana antes para reservar un menú degustación a las 15:00 horas. El miércoles nos presentamos a las 15:00 horas y nadie nos atiende, supongo que tenían mucho trabajo, pasados ​​15' una señora nos pregunta si queremos comer y yo le digo que teníamos una reserva a las 15:00 y le doy mi nombre. Esperamos y finalmente a las 15:30 nos sientan en una mesa del restaurante que hacen menú diario, a mí se me quitan las ganas de ir a quejarme y no me voy porque a estas horas seguramente me quedaría sin comer. Finalmente a las 15:48 horas empezamos a comer el menú diario y le pido disculpas a mi esposa. Cuando nos marchamos le explicamos a la camarera y nos pide disculpas. La señora que me había cogido el nombre, parecía que le hacía gracia, haciendo comentarios: "Buena hora para el almuerzo a las 15:00" y cuando marchamos "Hoy ha hecho una comida-merienda". Creo que la organización da mucho que desear y supongo que viendo los comentarios tuvieron un mal día. Eso sí, el almuerzo del menú diario de 18 euros muy bueno.

Solo he hecho un café en la terraza, limpio y pulido y buen servicio. Todo muy cuidado.

Comida espectacular; Preparaciones perfectas, sabores de campo con toques de invención. Las vieiras con setas fueron algo único, la torrija con helado de alcohol estuvo maravillosa. Merece la pena el viaje y la investigación, teniendo en cuenta que desde fuera la sensación es completamente distinta, incluido el pequeño pueblo perdido en el campo prepirenaico catalán. Sala de restaurante escondida hacia el jardín trasero, que a pesar de su diseño anticuado, se mantiene fiel a sí misma, perfectamente limpia y sin signos de los años pasados. Servicio profesional y atento, precios acordes a la oferta de ese segmento de mercado, pero que valen cada euro gastado. Bien hecho, muy bien. ⭐️

Sencillamente espectacular. Variedad en la carta y todo cocinado con mucho cariño. Servicio impecable en una sala sobria y amplia. El restaurante ofrece también un menú que está muy bien. Volveré con toda seguridad. Es uno de aquellos sitios que se rememora toda la vida.

Relación calidad precio correcta.