La finca en Llucmajor

Estuvimos allí nueve personas y fuimos recibidos en un entorno impresionante que combina la autenticidad rústica mallorquina con un ambiente elegante. El lugar es único: cálido, abierto y diseñado con gran atención al detalle. Inmediatamente se percibe la hospitalidad que se respira aquí. El servicio fue excepcional: atento, puntual, competente y, a la vez, agradablemente discreto. Cualquier pregunta sobre el menú o la carta de vinos fue respondida con maestría. La cocina merece una mención especial: lo que termina en nuestros platos es de una calidad impresionante. Fresca, creativa y artesanalmente precisa, y todo a un ritmo que rara vez se experimenta con tanta perfección. Pudimos disfrutar de dos excelentes vinos de la pequeña pero maravillosa carta de vinos, incluyendo el encantador Rosado Bicicletas y Peces, que complementó a la perfección los sabores de la carta. ¿La relación calidad-precio? Casi insuperable. Con este nivel de calidad y hospitalidad, es una auténtica joya de Mallorca; sin duda, volveremos.

Llegamos sin reserva y, de alguna manera, consiguieron una mesa. ¡Gracias por eso! Recomiendo reservar. El ambiente es genial en un campo de golf. Hay que pasar por un guardia de seguridad, pero te deja pasar sin problema si le dices adónde quieres ir. ☺️ En cuanto a la comida: la paella estaba deliciosa, ¡muy recomendable! El servicio también fue excelente.

Me gustaría platicar primero el contexto del restaurante. Si no tienes algun medio de transporte personal, es complicado llegar a este restaurante: está dentro de una zona residencial y a un lado de un club de golf muy bonito. Al llegar necesitamos registrarnos en una caseta de vigilancia y de ahí manejamos alrededor de 5 minutos al restaurante. La comida muy buena y la experiencia con el personal fue mixta porque al principio (por lo menos yo) sentí que presionaban un poco a los comensales para ordenar siendo que el lugar estaba completamente vacío (a excepción de una mesa) y bueno el resto de la tarde fue muy bueno entonces lo calificaría como una experiencia neutra. Mixta con los clientes pero se ve que tienen una dinámica de estrés entre el personal que ojalá arreglen. La comida estuvo okay, un poco cara pero no impagable, pero no se si la recomendaría sinceramente. Está bien si vas de paso y quieres llegar a un lugar tranquilo. Todo muy limpio y nos sirvieron rápido también. Aceptan pagos con efectivo y tarjeta. Nota para el restaurante: Algo que si debería de considerarse es implementar una cultura agradable. Se como es el ambiente en lugares que desean mantener altos estándares de los clientes pero el hecho de que x o y persona no haya hecho algo o haya salido diferente a lo esperado y se reproche en público déjenme decirlo que está muy mal.

La terraza hermosa, la comida riquísima y la atención mucho mejor. 10/10 todo.