La ferreria en Montesquiu

Este restaurante es la opción que nunca falla. Buena cocina y cantidades abundantes. Tienen un menú de 35 euros con 4 entrantes y muchos segundos a elegir que es perfecto para compartir.

Compañía inmejorable aunque la atención no fué a la altura, la experiencia gastronómica fué muy buena.

Almuerzo de celebración por 40 personas. Muy atentos. La comida muy buena. Todos los invitados se han quedado muy contentos. ¡Gracias!

¡Muy buen Restaurante! Trato inmejorable, comida buenisima y situación inmejorable

Nuestra experiencia ha sido caotica.los platos venían haciendo, cuando unos ya habían comido, otros aún no. la calidad de la comida es correcta. en fin "una vez y nada mas"

Restaurante en una Masía declarada patrimonio nacional, buen restaurante mediterráneo catalán, con un buen servicio, comida de proximidad y temporada a la vez q arroces etc.., vamos bastante en el 2025 menú fin de semana muy correcto por 35€

Buena comida pero están muy mal organizados. Reservamos para 8 y nos dan una mesa preparada para 12, nos traian platos que eran para otra mesa, el vino con suplemento del menu ponia que era uno pero luego vino otro y al comentarlo no sabían muy bien que estaba pasando (se habían olvidado de actualizar el menu impreso). Está claro que para un fin de semana tienen pocos trabajadores pero no sería tan grave si se comunicasen y se organizasen mejor.

Uno de los mejores restaurantes de la comarca de Osona. Comida y servicio de 10.

El trato espectacular,Buena comida y calidad precio OK

Restaurante situado en la entrada norte de Tona, en un espacio tranquilo y acogedor, ideal para disfrutar de una buena comida con calma. La Ferreria es un establecimiento con cierto encanto, esta ubicado en un edificio antiguo perfectamente restaurado que conserva elementos originales de piedra y madera combinados con un estilo moderno y sobrio. Tiene varios comedores interiores con espacios amplios y bien distribuidos, y una terraza exterior grande y muy agradable, especialmente en primavera y verano. El ambiente es tranquilo, con una decoración sencilla pero con gusto. La cocina es de autor, con una base tradicional catalana, pero con toques creativos y modernas interpretaciones. Trabajan con producto de proximidad y de temporada, y esto se nota en la frescura y el sabor de los platos. Tienen menú del día, carta y sugerencias del día muy interesantes. Destacan los entrantes para compartir, revuelto de setas, las croquetas caseras, y platos principales como el meloso de ternera, el bacalao confitado o el arroz de montaña y carnes a su brasa. Los postres son caseros y son otro punto fuerte: especialmente los higos de temporada, la crema catalana y la tarta de queso. El servicio es bueno, con personal atento y amable, siempre dispuesto a recomendar y cuidar los detalles. La relación calidad-precio es buena por la calidad, la cocina y la atención recibida. Merece la pena reservar con antelación, sobre todo los fines de semana. En definitiva, para ir y repetir.