La Cuina de la Marga en El Vendrell

Muy buena cocina aunque nos pareció un poco caro. La atención excelente, nos hicieron un hueco aunque estaban llenos e íbamos sin reserva. Las paellas muy ricas. Repetiremos

Hemos estado varias veces. Siempre comimos muy bien, está vez había demasiada gente, la espera se hizo un poco pesada y los platos tardaron más de la cuenta en salir. La comida es muy rica, el restaurante está a pie de playa, los baños tienen unos 3 escalones para llegar.

Muy buen sitio pero los precios...

Hicimos la reserva para comer un sábado. Un bonito y un trato muy agradable.

Maravilla de comida de km cero y trato por parte de los dueños, frente al mar en La Playa de Comarruga

En general .perfecto. la paella marinera excelente Solo puntualizar que el postre tartin de manzana estaba algo amargo y un gusto de quemado

Excelente lugar para comer frente al mar, gran surtido de paellas con un buen producto y servicio.

El sitio muy agradable al lado de la playa con vistas al mar. El servicio bueno y profesional y la comida buena. Los primeros que probamos buenísimos, el arroz con rape, boletos y almejas no me acabó de convencer. Estaba muy bien hecho y en su punto, pero creo que preferiré los más clásicos con más sabor a mar. Seguro que volveré

La comida es excelente, en eso no hay discusión. Ahora bien, hay algunas cosas que no son aceptables en un restaurante caro como es este. Pedimos tres platos para compartir: mejillones a la plancha, croquetas y pulpo con trinxat de patata y butifarra negra. De entrada, nos sacaron los mejillones y las croquetas al mismo tiempo, con lo que el concepto de compartir se pierde y, por supuesto, también el de degustar primero un plato y después otro, amén de tener la mesa llena de fuentes. Después tuvimos que esperar durante más de 15 minutos a que llegara el pulpo, un fallo de gestión de cocina imperdonable. El trinxat no era tal, sino que eran pequeños trozos de patata y de butifarra, pero sin mezcla de sabores como hubiera sido en un trinxat. No había uno de los postres que ofrecían, pero en cambio había otro que no ofrecían y que pedimos porque a la mesa de al lado sí que se lo ofrecieron. Una taza de café estaba desportillada. Un sobre de azúcar venía manchado de café. El mobiliario es incómodo. En un lado un banco, alto. En el otro un sillón demasiado bajo e imposible de acercar a la mesa porque es demasiado grande y choca con las patas de la mesa. Ergonómicamente un desastre.

Ubicación y servicio espectacular. Comida muy rica y elaborada. Repetiremos sin discusión.Muy recomendable. No os lo podéis perder