La Cuesta en Miño

El café, sinceramente, muy bueno. Pero luego vas al baño y es otro cantar: sin papel, sin jabón, sin escobilla… una auténtica vergüenza. Ir al baño y no poder limpiarte ni limpiar da asco. Y ya se sabe: dime cómo está el baño y te diré cómo está la cocina. Por muy rico que esté el café, cuesta confiar cuando el resto grita abandono.