La Cabra Loca en Sevilla

Primera vez que venimos y salimos muy satisfechos con lo que comimos,manitas de cerdo riquísimascasi como las albóndigas de choco y las croquetas de toro,personal muy competente y agradable,sin duda repetiremos 😋

No hay camareros más amables y atentos. La comida muy rica y sabrosa. Barato. Tapas para dos por 4,5, rebañamos hasta el plato

Me ha sorprendido gratamente, el trato el camarero es excelente, nos hizo muy buenas recomendaciones y nos explico con todo detalles lo que había fuera de carta. Pedimos ensalada de pollo,churrasquito ibérico y pulpito frito, todo riquísimo.Venia una niña y le pedimos un serranito que adaptaron para ella quitando lo que no le gustaba. Y las patatas como todo era casero. Un gusto. Para repetir. Recomiendo 100%. Y la cuenta súper bien de precio

Somos de murcia y fuimos a Sevilla y el primer sitio donde fuimos fue allí. El camarero es una maravilla, que arte tiene, muy atento y nos indicó donde ir y qué hacer. Tuvimos la suerte de conocer al creador de los tacos 🌮 que por cierto son los mejores ke hemos probado jamás y no es coña. Un 10 se queda corto. Mis hijos aun se acuerdan de la cabra loca y ojalá pongan uno en murcia.

Fuimos desde Aracena a comer porque lo vimos en Internet. Quiero destacar el personal que trabaja , es de lo mejor que he visto, vaya profesionales . La comida espectacular !!! Volveremos sin duda. GRACIAS .

Este bar es un 10 en toda regla, menudo descubrimiento. Por fin sitios donde comer bueno, bonito y barato. Pedimos 5 tapas, todas bien despachadas y ricas de sabor. La atención por parte de los camareros excelente. Repetiré sin lugar a dudas.

Espectacular calidad precio y servicio. Y la cervecita fresquita muy recomendable.

Bueno, he vivido en sevilla y conozco bien, la Cabra Loca ,es nueva y era la primera vez recomendada por mi hermano y sobrino que viven enfrente y clientes asiduos, ya he puesto y puntuado de 10 y mi mejores saludos a Fatima

Voy cada vez que puedo, todo muy rico y fresco y son muy agradables

La Cabra Loca representa ese equilibrio buscado entre lo nuevo y lo de siempre. Comer bien, rápido y a buen precio no debería ser un lujo ocasional, sino una costumbre cotidiana. Y en este rincón del barrio, esa costumbre se ha convertido en una feliz realidad. Porque cada visita aquí deja la sensación de haber encontrado un lugar al que siempre apetece volver.