La Brasería de Carlos en Murcia

Las patatas de acompañamiento de la carne dejan que desear

Todo lo que comimos estaba bueno: pedimos de entrantes pulpo, cecina y pimientos. Si te gusta la carne es tu sitio, aunque hemos echado de menos ver por escrito qué carne tienen: maduración, raza, etc. Aunque la camarera te lo explica no tienes la tranquilidad de poder valorar la oferta que tienen. Los tiempos entre que pides las bebidas y la comida no son adecuados. Cuando hemos acabado con los entrantes aun no habíamos elegido la carne. En un principio habíamos elegido dos chuletones, pero el tamaño que nos han mostrado era excesivo para cuatro por lo que al final sólo hemos pedido uno. Pedimos una segunda botella de cava para rematar la carne y pedir el postre, pero ha llegado tan tarde que al final la hemos anulado y hemos pedido copas sueltas para acabar con una tabla de quesos que ha resultado muy escasa para el precio que tenía. La comida bien, pero falla el ritmo en el servicio. Para mí el fallo más grande es no tener por escrito el tipo de carnes. La maitre muy bien, pero tiene más trabajo del que puede abarcar, ya que es la que se encarga de informar sobre los tipos de carne, presentar los chuletones, abrir las botellas de vino y además estar pendiente de las otras camareras que parecían un poco inexpertas.

Muy serviciales y atentos. Las croquetas de vaca estaban muy buenas. Los gambones estaban insípidos. El pulpo normal. La chuleta madurada de 120 días no es nada especial, esperaba más por lo que costaba. En resumen, no ha estado a la altura de mis expectativas para nada. No volvería, hay sitios con menos publicidad mejores en mi humilde opinión.

Restaurante para vivir una experiencia de otro nivel, estuvimos allí era nuestra primera vez y volveremos, un servicio impecable

Delicioso almuerzo, buena explicación y consejos de expertos sobre carnes y vinos. Top chef y productos. Muy recomendable hasta la próxima.

Debes tener comida increíble, pídele a Carlos su recomendación, el vino está bien.

Estuve con mi pareja y fue todo un acierto, la comida buenísima, las croquetas de vaca han sido mi plato preferido. Nos atendió María, y fue super amable y atenta. El local está muy cuidado. Sin duda, volveremos.

Fuimos ayer por la noche 3 personas, ya de entrada sabiamos que iba a ser caro pero no imaginabamos que casi tendriamos que ir a comer algo despues tras pagar 67 euros por persona. La carta es escasisima y el corte minimo de chuleton es de 1 kilo a 80 euros. Nos pusieron 1.400 para 3 perdonas pero el hueso pesaba ya la mitad, mas la grasa que le quitan, total, esa pieza se la come una persona sola con hambre. Pedimos tmb una ensalada por 18 euros, 3 croquetas a 3 euros unidad, 3 anchoas a 2 euros unidad y un pan con aceite a 3 euros unidad. La comida esta muy buena, nada que decir pero la torrija, por 7 euros me parece un robo cuando no es, ni de lejos de las mejores que he probado. Con respecto al servicio, 2 chicas muy educadas pero muy lentas. Habiamos 3 mesas, 2 de ellas de 2 personas y nosostros de 3 y para ponernos la bebida mas de 10 minutos. En definitiva, 199 euros entre 3 personas y PARA NADA repetiria. El chuleton muy bueno pero cariiiiiisimo para lo que es y desde luego el postre totalmente fuera de lugar.

Ayer cené en este restaurante y, aunque la calidad del chuletón de vaca (1,4 kg) era muy buena, la experiencia no terminó de convencerme. Pedimos cuatro croquetas de entrante, el chuletón para compartir, una tarta de queso de postre y dos copas de vino. La comida estaba bien elaborada y el producto era de calidad. El servicio fue atento y correcto en todo momento, lo cual es un punto a favor. Sin embargo, el precio fue totalmente desproporcionado: 200€ por la cena. Aunque el chuletón estaba en su punto y tenía un buen sabor, la relación calidad-precio deja mucho que desear. En definitiva, un sitio donde se come bien y con buen servicio, pero con precios excesivos. No repetiría.

Me dejó impresionado. El ambiente acogedor y el trato excepcional fueron solo el comienzo. El chuletón, de categoría suprema, estaba perfectamente madurado y cocinado en su punto exacto. Acompañado de patatas caseras y , cada bocado era una delicia. La carta de vinos ofrecía opciones ideales para maridar con la carne. Sin duda, una experiencia culinaria sobresaliente a la que volveré.