La Betana en Mataró

Servicio amable. Calidad precio, recomendable. Buena comida. Lugar tranquilo

Una experiencia gastronómica brutal, de las que no se olvidan. Pedimos una copa de vino blanco y otra de tinto para arrancar bien. Desde el primer bocado, supimos que aquello iba a ser épico. Las olivas variadas eran un auténtico escándalo de sabor, un aperitivo perfecto para abrir boca. Luego llegó la coca de salmón con revuelto de huevos, una combinación espectacular que explotaba en la boca: fresca, jugosa y con un punto de sabor que rozaba la perfección. Los torreznos de Soria... ¡madre mía! Crujientes por fuera, jugosos por dentro, como deben ser los torreznos de verdad. Cada mordisco era un pecado bendito. Después vinieron los nachos, y aquí ya rozamos el cielo: crujientes, generosos de topping, sabrosos hasta decir basta. Y para rematar, unas patatas bravas que eran una auténtica obra maestra: picantes en su punto justo, con una salsa que parecía hecha en el mismo paraíso. En resumen: todo estaba tan bueno que era para mear y no echar gota. Un festival de sabor, de esos que te dejan sonriendo como un tonto y queriendo repetir al día siguiente. ¡Repetiremos sí o sí!