Kupela en Hondarribia

Gran velada, excelente comida, pero sobre todo el servicio fue estupendo.

Con todos los restaurantes y bares que hay para elegir en la zona, realmente creo que elegimos el mejor con diferencia. Para empezar la atención de las camareras, sobretodo Haizea que fue quien nos atendió, un verdadero encanto de muchacha y atentisima a todo sobretodo con la peque, fue un amor. Nos aconsejo de 10. Probamos pescados, carne y postres... Espectacular! cada plato sin excepción.Foie micuit,brocheta de rape y solomillo con salsa de setas ,un escándalo ,el último el que más. De postres la torrija y la tarta de queso son obligatorias . Solo decir que por supuesto volveremos

Hacía mucho que no comía tan bien, obligatorio probar los chipirones y tarta de queso!!

Todo espectacular. El servicio, inmejorable: atentos, rápidos y muy profesionales. La comida, sencillamente increíble, cada plato mejor que el anterior. Es cierto que el precio es algo elevado, pero acorde con la calidad y con lo habitual en la zona. Sin duda, un lugar al que volveremos.

Cocina auténtica, excelente. Servicio muy profesional. Para volver

Comida excelente pero la atención prusiana

Buenas comida pero yo pasé mucho calor pese a los abundantes ventiladores

Agradable terraza, ricas las croquetas y la brocheta de rape; sobresaliente el txangurro y el solomillo con Idiazabal. Pero matrícula de honor, 10 estrellas y se queda corto: el trato del equipo de sala, que se desvivió para conseguirnos un taxi en una noche de lunes de fiestas que estaba imposible y estábamos a 4km de nuestra cama y con 5% de subida (a mitad de subir el Jaizkibel). Gracias, Haizea, por tu profesionalidad y cariño, tienes tu familia en Huesca cuando quieras.

@KUPELA Hondarribia 🍷 *Crónica de un ritual carnívoro en Kupela Asador, Hondarribia* De brasas, vino y gratitud: asando memorias en Hondarribia" A veces, comer no es solo saciar el hambre: es rendir tributo. Y eso hicimmos en Kupela Asador, donde cada detalle, desde las bendiciones en la entrada hasta el último sorbo de vino, formó parte de un rito sagrado al sabor, la tradición y el buen vivir. *🪷 El ambiente y el alma del lugar* Kupela no es solo un restaurante, es un refugio sensorial. Rodeado de belleza natural y con ese sello vasco de autenticidad, el asador rezuma calidez. Las bendiciones talladas en la entrada invitan a sentarse no solo a comer, sino a agradecer. El servicio, llevado con elegancia y profesionalismo por *Carla bajo la dirección de Sandra*, demuestra cómo la atención también puede ser una forma de arte: cercana, ágil, con sonrisa constante. *🥩 El plato fuerte, digno de épica* La *chuleta de vaca gallega vieja*: un emblema cárnico. Madurada, potente, casi poética en su corte y cocción. Jugosa, con esa grasa noble que se derrite como suspiros sobre brasas bien entendidas. Cada bocado, un recordatorio de que la tierra y el tiempo hacen maravillas juntos. Acompañada de una *ensalada verde con cebolla* —fresca, cortante y equilibrante—y *patatas fritas*, que fueron más que simples guarniciones: fueron compañeras de batalla. Todo ello bañado en un *Pago de Carraovejas 2022*, profundo y elegante, como si la Ribera del Duero hubiese decidido vestirse de gala para honrar la carne. *🍮 El dulce final* La *torrija con Baileys y helado* fue el cierre perfecto: cremosa, golosa, con un punto de licor que susurraba indulgencia. Un postre que abrazaba sin empalagar. --- 📍 En *Hondarribia*, donde el mar y la montaña se abrazan, vivinos un momento para recordar. Porque España no solo alimenta el cuerpo, *sino que enamora el alma*, con su gastronomía, su simpatía natural, y esa capacidad inigualable de hacerte sentir en casa, incluso lejos de ella.

Comimos el jueves de semana santa. Por supuesto Con reserva. Todo completo. Un restaurante no muy grande pero acogedor. Con un aforo aproximado de unas 50 personas en el salón interior. Como sitio de costa se inclina más a platos de pescado pero también ofrecen chuletón y alguna especialidad más en carnes. Nos decidimos por el pescado y todo un acierto. Merluza a la plancha y en salsa , y cogote de merluza. Todo exquisito. El servicio bueno y profesional. La única pega los tiempos entre plato y plato. Demasiado lento. Pero aún así , es Un restaurante muy recomendable.