Kinu en Sevilla

Sinceramente, no tendría palabras para un sitio como este. Pero se las merece, el trato que recibimos en el momento que entramos en KINU ha sido brutal. Todos los trabajadores muy amables y cuidando siempre que el comensal disfrute del lugar y se la comida. Ha sido la primera vez que he ido, fui con mi pareja, y elegí la opción se menú Omasake, que se realiza toda la comida en la barra. Toda la preparación del menú la tenías frente a ti y el "itamae" tuvo un trato perfecto hacia nosotros, además de una explicación estupenda en cada plato que nos servía. De la comida no tengo palabras, ha sido simplemente "Perfección", he disfrutado de la comida como un niño chico, flipando plato tras plato. La comida, el trato de los trabajadores, el ambiente, básicamente todo ha sido de lo mejor. Recomiendo venir aunque sea una vez, porque merece la pena y espero que no sea la última vez que vaya.

Comida espectacular, cogimos el menú de 90 euros, y todo muy bueno, el cocinero muy amable y simpático. Lugar muy limpio. Volvería sin duda

Increíble experiencia !! Estuve con mi pareja en la barra de omakaze y nos dejo sin palabras .. auténtica comida japonesa con calidad - precio equilibrado . Nada que ver con lo que te ponen en otros restaurantes, esto está en otro nivel …súper recomendable !!!!!!!

Nos ha encantado todo, la carta tiene opciones muy distinctas y tenemos ganas de volver para probar más. Aunque el curry japonés y el kinumisu, tendremos que repetirlos porque nos han encantado 😍 Muy buen trato de Ana también

Hemos ido a almorzar, con menú degustación en sala. Nos lo recomendaron unos amigos, y la verdad que nos ha encantado.

Restaurante japonés de 10. Trato excepcional y comida exquisita. La única pega es que entiendo que, si ya de por sí no comparto que en los restaurantes se cobre un plus en concepto de "servicio", mucho menos debería hacerse en un menú degustación (y menos aún camuflado con un término japonés [otoshi]). Somos dados a dejar propinas allá por donde vamos, pero este tipo de prácticas generalizadas te hace dejar de darlas, cosa que por otra parte creo que repercute en los empleados, que en este caso fueron excelentes. Volveremos sin duda.

Tuve la oportunidad de disfrutar una cena romántica en este restaurante japonés y la experiencia fue maravillosa. Desde el primer momento, la ambientación logra transportarte: iluminación tenue, detalles minimalistas y un ambiente tranquilo que invita a conversar y disfrutar sin prisas. La atención fue impecable, siempre atentos pero sin interrumpir. Cada plato llegó a tiempo, con una presentación cuidada y un aroma irresistible. Lo que más me gustó es que, además de la comida, el lugar tiene ese aire íntimo y elegante que lo hace perfecto para compartir en pareja. Un rincón ideal para quienes buscan algo especial, distinto y con un toque sofisticado.

Una experiencia inolvidable. Te hacen sentir como en casa, cuidando el más mínimo detalle. La atención del personal, el ambiente, la vajilla y sobre todo la calidad del producto y su excelente carta de vinos.

Fuimos a cenar a este magnífico restaurante en pleno corazón de Sevilla y resultó ser el regalo perfecto por mi cumpleaños. Desde el primer momento nos sentimos cuidados gracias a Ana, que nos atendió con una sonrisa contagiosa y un conocimiento extraordinario de cada plato, lo que hizo que disfrutáramos aún más de la experiencia. Además, las recomendaciones de sake para mi pareja fueron todo un acierto: una auténtica explosión de sabores nuevos, perfectamente armonizados con los platos y con el momento. El menú degustación nos pareció equilibrado, sorprendente y sencillamente perfecto. ¡Solo pensamos en volver! Gracias a todo el equipo por una velada inolvidable

Buena comida, preparada con detalle y cuidado. Localización en pleno centro de Sevilla. La atención del personal fue muy buena. Sin embargo el menú degustación se nos hizo algo escaso. Nos sugirieron repetir uno de los platitos y nos lo cobraron aparte, sin avisar. Con ello se incrementó el precio más todavía de lo ya elevado inicialmente. El restaurante estaba vacío, es de suponer que lo llenan los fines de semana