Comimos unos noodles de pollo que estaban riquísimos, el lugar realmente te transportaba a cualquier restaurante de noodles de Tokio. La única pega es la lentitud en el servicio. Era la primera vez que iba, no se si será lo habitual, pero la misma persona que te toma nota es la que cocina. Y los pedidos van de uno en uno. Pero eso si rico y recién hecho.
La oferta es bastante escueta, noodles con varios ingredientes a elegir y un par de tipos de ramen. Probamos tanto noodles como ramen y ambos estaban muy buenos. El personal nos trató muy bien. Repetiremos!