Pasamos una semana en Santander y tuvimos la suerte de encontrarnos con este coqueto restaurante por casualidad. Así que nos gustó tanto que lo visitamos dos veces. Auténtica comida japonesa, de esa que es tan saludable y que sienta tan bien ☺️, con opciones vegetarianas (tan difíciles de encontrar hoy en día en cualquier sitio, donde solo te ofrecen sota , caballo y lechuga). Una de las noches hasta probamos una botellita de sake. Nos atendieron excepcionalmente bien y salimos encantados. Si lo hubiesemos descubierto antes hubieramos ido todos los dias. Sin duda cuando volvamos a Santander repetiremos.