Kinita Restaurant & Beach Club en San Javier

Comida deliciosa, y justo al lado de nuestra parcela para autocaravanas. Servicio amable. Eso sí, bastante caro; 100 € se esfuman rápidamente para dos personas.

Barato relativamente, los bocatas están muy ricos

Estaba bastante rico, pero se pueden encontrar platos similares más baratos en la zona. No recomiendo la hamburguesa: la carne estaba muy seca y le faltaba salsa. El pescado y los aperitivos estaban muy buenos. La espera para la comida fue larga.

En verano (cuatro estrellas y media) bastante mejor servicio e instalaciones, ahora en invierno todo un poco descuidado, por eso le doy tres estrellas.

Cocina de primera. Servicio impecable, todo en un entorno encantador. Un poco alejado de las rutas turísticas habituales, pero merece la pena el desvío. Ya estoy deseando que llegue el próximo verano para cenar en la terraza con vistas al Mar Menor... y una mención especial para la sangría de cava... 😋😋

No es barato, pero creo que merece la pena. Localización magnífica, preciosas vistas, bien servicio, buena comida...

El sitio es inmejorable, la comida y la atencion de los camareros de 10, volveremos sin duda

Una experiencia sublime. Gran calidad de producto con platos creativos llenos de sabor. Vistas y entorno perfectos además de buen trato por parte del personal, sin duda repetiremos, 100% recomendado. Probamos el rodaballo y la dorada, ensalada de salmón, pulpo, marineras, roll de langostino, siendo las raciones adecuadas.

Un camarero con la misma educación que Torrente. Fuimos un grupo de amigos y amigas a desayunar porque nos habían hablado de que era un sitio agradable, con poca gente y buen servicio. Pedimos bebida, unas tostadas y unos huevos revueltos. Todo esto de una calidad aceptable. El tiempo de traernos las comandas, bien, un tiempo razonable. El sitio, al lado del Mar Menor, sin ruidos de coches, bajo palmeras y con pajaritos alrededor ayudan a la relajación. PEROOOOOOO... Un camarero de edad media (tanto en años, como en cultura, de Edad Media), que no debe pesar mas de 50 kilos con zapatos, con una cara que parece haber estado chupando limones toda la mañana, nos atendió de muy mala manera. Te dan una carta por mesa, ya estés tu solo o vengas con todos los componentes del Orfeón Donostiarra. Le molestó que tardásemos en elegir, es evidente que si somos 5 ó 10 personas y solo hay una carta, pues tardemos en leer. No es capaz de traer unos sobres de sacarina por si a alguien no le apetece tomar azúcar. Si pides agua mineral, no tienen botellas pequeñas, y encima el camarero ni se molesta en ofrecerte agua del grifo. En fin, nos tocó el camarero amargado, rencoroso y cabreao. Por si quereis conocerle, os dire que NO ES EL CALVITO, es el otro, 50 kilos, un tirillas, y con cara de estreñido. Pero recomiendo el sitio por el paisaje, la comida y el precio, pues ni caro ni barato. Un saludo.

Encantador lugar para relajarse y disfrutar de las vistas en un entorno tranquilo. El personal trabaja muy duro y es muy servicial, pero cuando IT está ocupado sí se estiran , recuerda simplemente relajarte y waIT no es su culpa . Precioso desayuno de yogur y fruta o salmón ahumado y huevos. Sin duda volvería a visitar y recomendaría a otros