Juan Mari en San Pedro del Pinatar

La Región de Murcia continúa sorprendiéndome, no solo su capital, también la zona costera, más turística. Está comprobado que cuando hay aglomeraciones de forasteros la calidad se resiente, en su mayoría, ya que está sometida a presiones de establecimientos que buscan un negocio fácil y rápido a costa de los incautos visitantes que desconocen la categoría de algunos locales. Pero esto no lo he percibido en la zona norte del Mar Menor, cerca de San Javier. Es verdad que he visitado muy pocos sitios, en relación a lo que existe, pero algunos de ellos son una enseña de calidad en esta franja tan turistificada*. Como por ejemplo Venezuela o Carmen Playa, dos aciertos mayúsculos de la demarcación. Se une a este grupo selecto de favoritos de Ojoalplato, en el día de hoy, el restaurante Juan Mari, casualmente también recomendado por la Guía Michelin. Un restaurante de corte contemporáneo y localista en lo gastronómico, pero que no descuida la incorporación de nuevos matices a sus platos. Un comedor pequeño con siete u ocho mesas, además de alguna más en la terraza, atendido perfectamente y con mucha amabilidad y profesionalidad por parte de la familia y algún empleado que se implica perfectamente en la atención y el servicio. Platos muy bien resueltos, con generosas raciones y unos precios increíbles para lo que hoy en día se ve por ahí.

Todo muy bueno y me quedé con ganas de probar los arroces que tenían muy buena pinta

Hicimos la comida de empresa allí y fue genial. El trato de Yolanda fue de 10. Me encantó el tartar y las alcachofas. Y por supuesto el arroz con foia que está increíble. Merecidas sus menciones en la guía. Repetiremos seguro!

Muy buena experiencia, probamos el menú degustación y quedamos encantados El servicio excelente. Y la relación calidad precio muy buena.

Venimos a comer de vez en cuando y creo que va a ser más a menudo. Esto no es cocina, es arte. Además el servicio es impecable, con cariño.

Comida fantástica, calidad precio inmejorable, el servicio estupendo muy amables, muy familiar, las zamburiñas con crema de marisco fantásticas lo mismo que las alcachofas con fua, las croquetas de calamar en su tinta una maravilla y para finalizar una paella de leche increíble

Es un restaurante acogedor y familiar , y como empleada, destacar los años de experiencia en el servicio por parte de los propietarios y cociner@s ,atención ,experiencia y comida espectacular , sabores que en boca te llevan a lugares de todo el mundo de 10! ☺️ Espero que todo haya sido todo de su agrado , un saludo y esperamos que vuelvan pronto ¡Gracias!

Una vez más Juan Mari fue sobresaliente. Comida, servicio, ambiente, ambiente, mesa. Todo fabuloso. Este es un restaurante de gestión familiar que logra una mezcla perfecta de profesional con cálido y amable. ¡No te pierdas la oportunidad de cenar aquí pero asegúrate de reservar! Gracias de nuevo a Juan, Mari y Yolanda y a todo vuestro increíble equipo.

Un 10 ! Platos muy bien elaborados con producto de calidad, servicio rápido y trato por parte de Yolanda impecable. El ceviche de vieira me ha flipado, y el contraste en el arroz de secreto y manzana es especial ❤️ Mil gracias, lo he disfrutado mucho !

Se agradecen hoy día estos restaurantes familiares en los que se trata bien al cliente y se hace una cocina cuidada y con mimo, por lo menos con ganas de agradar a la clientela. Local íntimo y bien decorado, muy agradable y con no muchas mesas y mantel. El personal creo que es casi todo familia y se nota en la calidez con la que tratan al comensal. Hacen gala de su mención en la Michelin como "Bib Gourmand", que destaca la buena relación calidad precio del establecimiento. La cocina es tradicional con toques y algunos productos tratados de manera un poco diferente. También creo que tienen fama sus arroces pero no los probamos esta vez. Tomamos de entrante la piruleta de morcilla, una morcilla rebozada con un crujiente bastante logrado: nada aceitoso y no recalentado. El interior de morcilla combina bien. A continuación las alcachofas, se notaba que eran naturales y bien preparadas, quizás la salsa de foie demasiado dulce. De principal elegí la tajada de bacalao. Ahí fallaron, no por elaboración, que parecía muy buena, sino porque el pescado no estaba en condiciones de servirse. Un fallo lo puede tener cualquiera y se disculparon y enmendaron el error. Eso creo que es lo importante, la buena disposición. Al final un error puntual lo tenemos todos en nuestro día a día. Cuando vuelva por la zona seguramente regrese a probar un buen arroz y a disfrutar con el trato en su acogedor local. Entre tanta franquicia y local "sin alma" que hay por ahí siempre es un placer encontear restaurantes familiares en los que te tratan con cariño y atención y la comida es elaborada con mimo.