Heladeria Jijonenca en Valencia

Mi heladería favorita. Me atendió Evelin, muy atentiva y excepcional

Bonito establecimiento, buen servicio. Evelin la mejor camarera

Muy servicio, grandes cafés tremendos granizados. Evelin la mas guapa y servicial.

Helado para morirse 🍦 Verano cremoso, delicioso 🤤 gran variedad. Todos los días teníamos que probar un poco de crema 😆 ¡Recomiendo muchísimo el de coco y pistachos!

Vengo a menudo y todo está súper bien. Me he animado a poner una reseña porque la atención de Esther ha sido perfecta, muy amable y natural. Gratamente sorprendida. Muchas gracias Esther, sigue así.

Pongo esta reseña porque la camarera Esther ha sido muy pero que muy amable y risueña. Así da gusto tomarse un granizado!!! 😊😊😊

Mucha gente, pero también hay muchas personas atendiendo

No hay mucho personal considerando la cantidad de asientos. El servicio y el sabor son regulares. Los precios son un poco elevados, ya que es un lugar turístico costero. No hay problemas particulares.

Mi helado favorito. ¡Delicioso! Camareras muy amables.

¡Atención, viajeros y amantes de las exquisiteces! Les traemos noticias de un lugar maravilloso: un santuario de dulces delicias, enclavado en las doradas costas de Valencia. Allí, como una joya en la corona de Neptuno, se encuentra la noble casa de Jijonenca, donde el néctar helado fluye como ríos en un Edén de ensueño. Cuando probé por primera vez su divino turrón, mi alma saltó de alegría; sí, como si el mismísimo Eros hubiera mezclado miel y almendras en un cáliz de crema. Cada bola, un soneto de fragancia; cada lamida, una estrofa cantada por ángeles envueltos en nubes. ¡Oh, el pistacho! Tan verde como el árbol del Edén y tan rico como el tesoro del rey Midas. Y la gente que trabaja allí, con sinceridad, cortesía y desenfado. Con sonrisas amables y manos hábiles, sirven sus delicias como pajes de una corte real. Nunca antes la hospitalidad y el helado celestial habían bailado tan bien. El viento del mar susurra dulces palabras mientras te sientas allí con tu pequeño cuerno, contemplando la marea azul, y dirás: «De verdad, este momento es para siempre». Si alguna vez te encuentras en la hermosa Valencia y pasas de largo sin probar este bendito lugar, eres tres veces tonto y te arrepentirás profundamente. ¡Ve a Jijonenca! Porque allí, querido amigo, yace la alegría, congelada en una gloria dorada, y tu corazón nunca más anhelará otro lugar.