Javier Martín en Cáceres

Magnífico. 100% recomendable. Cocina exquisita y servicio impecable. No se puede pedir más. La mejor recomendación es que vayas y pruebes.

Una experiencia espectacular, comida y trato excepcional. Estamos de viaje y hemos venido por casualidad pero es recomendable al 100% Lugar para disfrutar.

Una cena magnífica en la que disfrutamos como hacía mucho tiempo que no hacíamos. Probamos el menú Origen y fue todo un acierto, con gran variedad de sabores y texturas . Frutos del mar y aire cítrico o mar y montaña fueron algunos de los platos que más disfrutamos y agradecer a Esther por su trato y amabilidad que nos hizo sentir como en casa.

Anoche disfrutamos mi hijo y y o del menú esencia, rico , equilibrado y con mucho sabor. El servicio de 10 y el recibimiento y trato de Esther amable y cercano. Muy recomendable, imprescindible si visitas Cáceres. Volveremos sin duda.

He tenido el placer de cenar en este lugar y la experiencia ha sido inmejorable, el trato del personal no puede ser más amable y atento, una atención de 10 y de la comida poco más puedo decir que no me extraña que tenga tantos premios porque realmente lo merecen, increíble la mezcla de sabores, para repetir 100%, muchas gracias y volveremos mis hermanos y yo encantados, súper recomendable

¡Qué descubrimiento más top en Madrid! Entré por casualidad en Javier Martín y fue un acierto total. El propio Javier me atendió con una amabilidad increíble, te recomienda justo lo que necesitas… ¡y acierta! Me llevé una hamburguesa brutal, jugosa y llena de sabor, y una tarta de queso para llevar que estaba simplemente deliciosa. Todo fresco, bien presentado y con mucho mimo. Súper recomendable si estás por la zona y te apetece comer rico y sentirte bien atendido. ¡Volveré sin duda!

Estábamos deseando volver y seguimos deseando encontrar una nueva ocasión. Celebramos las bodas de oro de los abuelos y fue todo fenomenal.

Han bajado un poco el nivel. Las gambas de Huelva regular para lo que pagas. El corte del jamón (que no el sabor que fue muy bueno) dejó que desear … muy grueso para este calibre de restaurante . Las chuletillas de cabrito escasas y poco hechas. Sin embargo, el solomillo que pedimos poco hecho o al punto estaban espectaculares a la pierna de cabrito le faltaba algo de sabor o algún tipo de hierbas y condimentos o algo parecido no lo sé algo. Los cubiertos de diseño un poco incómodos , sobre todo el cuchillo. La atención como siempre fue buenísima y nada que objetar a este respecto al igual que los postres que son espectaculares y cubren cualquier fallo que haya tenido previamente.

Realmente disfrutamos del menú de experiencias que tuvimos en Javier Martin. Todos los platos fueron un festín para las papilas gustativas (y los ojos) y el maridaje de vinos elegido fue excelente. Aunque el inglés no es nuestra lengua materna ni la del personal de servicio, nos las arreglamos muy bien de una manera encantadora y agradable. El restaurante es amplio, que es perfecto ya que uno no escucha lo que se está hablando en otra mesa, pero probablemente debido a la iluminación del espacio carece de cierto ambiente. Esto es personal (y tal vez cultural). Como al final se trata de tener platos buenos y creativos combinados con un excelente personal de servicio, lo clasificaremos de 10 en 10. También merece la pena mencionar el, en nuestra opinión, excelente intervalo entre los cursos. En España a menudo experimentamos un servicio rápido cuando uno es un menú degustación con bastantes platos: un plato y una copa de vino no se han terminado o los siguientes ya están en la mesa, lo que deja demasiado poco tiempo para digerir

Sorprendente. Un pranzo luculliano, fatto di sapori e texture da lasciare completamente soddisfatti palato, occhi e naso. Una cucina genuina, saporita e generosa, con portate che si susseguono al giusto ritmo nonostante il giorno di Natale e il ristorante stracolmo. Menù con possibilità di suggerimenti e carta, oserei dire per tutte le tasche, nonostante la qualità di prodotto altissima. Ho mangiato alla carta, astice, rana pescatrice, prosciutto, gamberi, in un susseguirsi intenso. Il servizio è attento, presente con discrezione, e i suggerimenti sono bene accetti quando dati con conoscenza. L’insalata di astice e gamberi viene servita con una salsa che non lascia dubbi sul procedere del pasto. L’astice all’aglio arriva porzionato e pronto all’assaggio, il risotto liquido è saporito e ben calibrato di spezie accompagnato ancora da un’astice abbondante, la rana pescatrice morbida e saporita. Chiude il pranzo un piatto di dolci assortiti, la torrija al baileys è da primato, la torta al formaggio delicatissima, i cannoli al cioccolato travolgenti. Faccio i mie complimenti, dovrò tornare in un giorno più normale per godere della tranquillità del luogo, anche se fuori del centro storico. Bravi bravissimi e ancora una volta, grazie dei sorris