Jateko en Bilbao

De cine. Una atención de cine y un menú del día de 10 sobre 10. Yo tomé muy agusto un plato de garbanzos negros, que no conocía, unos hongos con foie y un plato de patatas fritas de sartén. Regado con dos copas de Campillo crianza.De postre una tostada de crema con un punto de caramelizada de levantar la boina. 29€ muy bien invertidos y para volver cualquier día entre semana porque viernes, sábados o festivos (Domingo cierra por descanso) esta a tope de clientes.

Calidad de la buena. Cantidades de Bilbao. Gente muy amable y atenta. Y vino en Mágnum, como debe ser!!

Vine a comer aquí entre semana de casualidad con mi hermano. Un sitio de los que cada vez quedan menos en Bilbao: cocina casera, sin tonterías, bien guisada y nada de gyozas ni sushis de plástico con queso filadelfia, ni rámenes, ni ceviches, ni hamburguesas de pulled pork con salsa lotus.. cosas que están muy de moda ahora en este circo gastronómico y no tienen ninguna personalidad local. Es un local pequeño y sin lujos. Nos atendió el propietario, muy simpático y atento, haciéndote sentir como en casa. No nos sacó la carta, nos cantó el menú de viva voz y nos pareció bien. Es cierto que podría haber dicho el precio para así evitar posibles conflictos en la cuenta, pero en nuestro caso no nos metió una puñalada. El menú constó de tomate y chipirones al centro. El tomate de gran calidad, sabroso, tierno y ligeramente dulce, una exquisitez. En cuanto al chipirón, bien de punto, nada duro. Continuamos con una cazuelita de garbanzos con bogavante para cada uno. El papel del bogavante es testimonial en cantidad pero los garbanzos están ricos, nada pellejudos y bien guisados, la salsa gustosa con predominio del sabor a pimentón. Para rematar, una ración bastante generosa de rabo con patatas caseras para compartir. Buen guiso de nuevo, sabroso y menudo manjar mojar las patatas en la salsa. La carne era más melosa que una canción de Alex Ubago. Llegamos bastante saciados al postre pero probamos la tarta de queso (le dije que me pusiese un trozo pequeño para probarla), bastante bien (aunque a mí me gusta más cremosa) y una cuajada bien rica. El precio, 28 euros por el menú, sin bebidas. Muy razonable a mi juicio teniendo en cuenta el buen trato y la comida rica y casera. Además, la cantidad de raciones más que suficiente. Ojalá hubiese muchos más sitios así en Bilbao y no tantos gastrobares canallas, rámenes y sitios de quinta gama. Un placer, no hemos vuelto porque no nos pilla a mano a diario pero tengo ganas de volver a probar las mollejas u otros platos que preparan.