Il Postino en Binissalem

Una pizza a Il Postino me pido, porque de comer bien no me decido. No sé por qué me la tengo que jugar, siempre al borde de un atasco estomacal. Una pizza Barcarés es mi opción, porque el dátil es mi pasión. La Barcarés va muy bien adornada, con pollo y cebolla condecorada. El pollo poco lo percibo, su gusto es radioactivo. Parece un pollo mutante, el sabor no es resultante. Podría haber sido de plastilina, o tal vez incluso gallina. Pollo redentor, ¿dónde está tu sabor? Pollo siempre amado, ¿acaso tu sabor has agotado? La cebolla tampoco he saboreado, tal vez vacaciones se ha tomado. ¿A dónde partió tu acidez? Sin ti, no noto la calidez. El dátil tímido me ha parecido, no ha resplandecido. Ha sido la estrella del plato, que al gusto hizo desacato. He quedado tan decepcionado, que un llargo llanto he entonado. Ni el queso me ha parecido de calidad, estoy triste de tanta absurdidad.

Acaban de entregarme mi pedido, un día de lluvia, antes de lo previsto (lo hice por la web) todo perfecto. Mil gracias ❤️

Solemos pedir por just eat, pizzas buenas y tiempo de espera razonable