Hotel Canero en Valdés

Hemos estado 3 días la señora Rosa muy amable y atenta. Del señor no se puede decir lo mismo prepotente y mal educado él camarero va por el mismo camino

Dormimos de maravilla, las camas y las almohadas muy cómodas, la limpieza y la atención insuperable, amabilidad de los dueños. La comida deliciosa y casera, repetiremos experiencia .

Maravilloso. La lubina salvaje espectacular y el arroz con leche, el de verdad. De los que ya no hay.

Muy contentos con el lugar. Buenas comida y buen descanso Los dueños una pareja maravillosa que nos ha atendido como familia. Ha conseguido que nuestra estancia sea muy agradable. Lo hemos pasado genial. Repetimos seguro

Comida exquisita,el postre escaso .trato correcto

Posiblemente, el mejor sitio donde nos hemos hospedado... El trato de los dueños, inmejorable, nos hemos sentido como en casa! La comida espectacular, la habitación cómoda. Una anécdota, estuvimos con el dueño fuera hablando un rato y tiene un corderillo que es como uno más de la familia, en cuanto lo oye viene a la puerta y es algo súper entrañable... Además en un paseo de 10 minutos, encuentras una playa super bonita... Si tenéis oportunidad, no dejéis de ir!

La comida casera la mas rica del camino

Un lugar fantástico para desconectar. La señora Rosa y sus empleados muy amables, te ayuda en todo. Fuimos 23 para pasar u finde y nos ayudo con la organización de cenas y desayunos. Muy cerca de la playa andando. Un lugar encantador para descansar.

Un bonito establecimiento muy bien atendido por su propietaria.

Recientemente tuve el placer de comer en el Hotel Restaurante Canero, en el concejo de Valdés (Asturias), y la experiencia fue realmente gratificante. El restaurante es, sin duda, uno de sus grandes atractivos. Su propuesta gastronómica se basa en la cocina tradicional asturiana, con recetas que se nota han sido transmitidas de generación en generación. La comida es abundante, casera y sabrosísima. Empezamos con una sopa que nos sirvieron directamente con un cazo, al más puro estilo de casa, acompañada de chorizo y morcilla. Fue reconfortante y deliciosa, ideal para combatir el fresco clima asturiano y recuperar fuerzas tras una jornada de excursiones. Después probamos escalopines, que estaba espectacular: crujiente por fuera, jugoso por dentro, y pimientos con un relleno generoso y bien equilibrado. Se nota que aquí no escatiman ni en ingredientes ni en cariño. Lo acompañamos con un vino tinto de la casa, que maridó perfectamente con el plato. El comedor es acogedor y sencillo, con ese aire auténtico que uno agradece cuando busca algo más que una experiencia turística: aquí se respira tradición, honestidad y buen hacer. El entorno natural que lo rodea es un valor añadido: despertarse con vistas al verde asturiano y el sonido de los pájaros no tiene precio. En definitiva, tanto si estás haciendo el Camino como si simplemente buscas desconectar y disfrutar de la gastronomía local, el Hotel Restaurante Canero es una opción excelente. Es uno de esos lugares que uno recomienda con gusto y al que, sin duda, me encantaría volver